viernes, 17 de diciembre de 2021

Piedra o bronce. La materia del mundo

Un viejo sentimiento se trae de la memoria de ser humano, cuando los valores culturales de la época clásica de la libertad, como la autodeterminación, son despreciados y condenados como un ideologismo tendiente a desviar el sujeto y los grupos de una normalidad construida por el dominio de la riqueza y fundada en la vieja metafísica. La autodeterminación ha devenido en un obstáculo para los fines de la democracia, concebidos como atributos o dones recibidos por la humanidad de un poder inmaterial. La autodeterminación permite a los sujetos labrar los gustos sexuales, el género, la expresividad o la crítica sistémica para luchar contra el ser proyecto o ser un diseño.

Recuerda que no eres un programa, -se recomienda. No eres proyecto. No eres un fin. No eres un destino. Eres un ser vivo con inteligencia para construir un relato sobre tu origen. La memoria lo permite. Una memoria producto, resultante de la materia del mundo. Memoria que se da su propio orden y el orden de la memoria se llama lógica, porque la memoria solo es posible con la palabra, con el logos. Desde la construcción de la palabra el ser vivo – ser humano, no ha cejado de nombrar su origen, de crear relatos que necesariamente han sido metafísicos, encarnando seres con su propia semejanza, llamados dioses.

Sólo conocemos completamente los relatos recientes congelados por la escritura; y son una mínima parte de todos los construidos con anterioridad. Si el soporte del relato es la palabra, hubo relatos desde la aparición de esta; relatos irremediablemente perdidos de los que quedan unos grafismos o unos artefactos - útiles como testimonio del logos posibilitante. La palabra exhalada, articulada comenzó con la cara humana; faz corta ubicada bajo un cerebro de tamaño equilibrado y apropiado para un cuerpo bípedo, cuyas funciones fundamentales las comenzaron a ejercer las manos con dedos libres y rotantes sobre sí mismos.

Esas manos libres con dedos rotantes, materializan en objetos, las construcciones imaginadas por la memoria. La construcción de objetos se hace de manera estereotipada para formar la técnica. Maneras regidas por la materia tratada que permite identificar y nombrar las edades de la técnica: edad de la piedra antigua o paleolítico; edad de la piedra pulida o neolítico; edad de los metales, oro o bronce o hierro. La memoria y la palabra de la piedra antigua, son el periodo de tiempo mayor y el de los otros, piedra pulida y metales son infinitamente menor, se conciben en una relación de millón a uno. Y ambos periodos componen la cultura.

Son concomitantes, están en sincronía, la técnica de los metales, la escritura y el ejercicio de una memoria por y para el logos. Este ejercicio lógico sustenta y reproduce la metafísica hasta edificar lo que desde hace unos milenios llamamos escuelas de pensamiento. Esa metafísica fundamenta teorías sobre el origen divino del ser vivo – ser humano, de todas las cosas y de los mundos. En las sociedades vivientes en el planeta, la concepción del mundo como producto o creación divina fundamenta el sentido de la vida y l existencia. Es el predominio de las religiones y la preservación secular de su control sobre la libertad de pensamiento. La llamada democracia que pretende fundar su legitimidad en ser el mejor sistema político, está coartada y cooptada por las religiones de estado.

El ser vivo – ser humano es productor creador de sí mismo y de la cultura. No es un programa, ni cumple un fin. Los comportamientos los rige el ser social, el ser gregario, de base lógica. El logos o la razón, la memoria o la palabra, son quienes rigen la sociedad. Este hallazgo lo ha hecho y pensado la época moderna, para poner la metafísica genealogística y religiosa en el lugar que le corresponde en la historia escrita, en la historia del pensamiento, en la historia de la memoria o la lógica.

El pensamiento y la teoría de la época moderna son quienes han sido capaz de presentar una alternativa a la metafísica y fundamentar como el ser humano, en su existencia, no cumple un destino, no cumple un fin, no ha sido creado por una divinidad para que desarrolle unos fines en su vida terrestre; pues la metafísica es permisiva con quienes destruyen las condiciones ambientales de la vida, porque el goce real estará después de la muerte tal como dios lo dictó a los padres fundadores de la tradición. El goce real está en otra vida, alcanzable con la muerte.

La sociedad fundada en la metafísica decreta los fines a cumplir por los sujetos y los grupos. Son fines materializados en las conductas o manejo del cuerpo: monogamia, heterosexualidad. Decreta un programa para los sujetos, de obligado cumplimiento, bajo la pena de ser declarados en estado de anomia y conducidos a correccionales tácitos o materiales que les prescriben un proyecto de vida ajustado a la normalidad. Fines, programas y proyectos parecen valores en ruptura con la vieja noción de destino; pero en el lenguaje cotidiano se aceptan las condiciones socioeconómicas como una fortuna, un azar, un determinismo, antes que un producto del esfuerzo o una falta de oportunidades.

Es el saber sobre el ser humano construido como respuesta ante la sobreexplotación del trabajo y la liberación dela mano de obra de las dependencias arcaicas, para tirarla al mundo las necesidades de la oferta y la demanda, es un saber devenido en ciencias humanas, que ha hurgado en los zócalos del pensamiento para hacer posible un ser humano responsable de su propia permanencia sobre el planeta. Y responsable de las formas de ver y concebir el mundo en el transcurso de la historia. La metafísica y la física son obras humanas, son la cultura, y son mucho más una creación que un don. Esta conciencia esta forma de concebir, es lo que se tiene como bagaje del pensamiento contemporáneo.

Imagen: Cromo Materia. Enzo Orlando. Collage 2007

Tomado de https://www.artelista.com/obra/4785023295007510-cromomateria.html