martes, 31 de diciembre de 2019

Polvo líquido y un campo de concentración para el Paro Nacional


La minoría de edad fue un concepto acuñado por Kant en siglo XVIII para caracterizar las sociedad en condiciones de no ilustración. Para salir de esa minoría el filósofo prescribe el ser capaz de pensar por sí mismo, ser autónomo y servirse de su propia razón. La nueva sociedad madura y mayor de edad será libre pensadora y basada en un orden racional.

Estas condiciones básicas de la modernidad, no se han cumplido en Colombia. Los dirigentes eligen y se hacen elegir por una sociedad en estado de minoría y ellos lo saben y lo tienen presente. El día 22 de diciembre de 2019, se pasó por los medios de comunicación dos alocuciones de dos funcionarios del estado (la administradora del Congreso de la República y el asesor presidencial para los diálogos con los representantes del Paro Nacional), en las que se evidencia la percepción que tienen de la sociedad, como una sociedad infantil a la que se puede mentir o manipular con argumentos insulsos y desfachatados. La administradora explicó la pérdida de la información de los ordenadores o de los computadores del Congreso, previa visita de control de la Procuraduría, por la activación en el recinto de una fuente de “polvo líquido” ante una alarma de incendio. Con esta expresión infantil para infantiles, se salta todas las instancias para un debido proceso del riesgo; además el contrasentido de la expresión muestra su incompetencia.

El asesor para los diálogos con los representantes del Paro Nacional, ha construido una propuesta para sacar de las calles las protestas. Lo proclamó con una convicción propia del ignorante cuando se refiere a temas que no comprende y con la actitud del que destruye lo que no conoce. Propuso la construcción de un estadio para cientos de miles de personas, para que ahí bajo esos muros se diga y se proteste todo lo que se quiera. Es la reclusión, es el campo de concentración, es la neutralización por efecto de lo inocuo de la protesta. Otra desfachatez proclamada para una sociedad que se comprende desde el poder del estado encarnado en sus funcionarios, como una masa maleable y sin criterios a quien se le puede mentir indefinidamente de forma burda.

Ellos, quienes han heredado el poder colombiano instaurado desde el alba del siglo XIX, tienen conciencia del estado de minoría de edad de la sociedad colombiana porque han creado un comportamiento político de desprecio y estigma de la participación. El político y la política se han promocionado como una práctica deleznable, ejercida por mujeres y hombre envilecidos, depredadores de los bienes públicos y de las relaciones sociales respetuosas del otro o de los demás.

Estos conceptos, el respeto y la participación, son la base de la cultura política moderna. Son convicciones que exigen un ejercicio de voluntad para sostener una idea de humanidad nueva, distinta a la herencia feudal-colonial; una idea inspirada en un ser humano sin predestinaciones ni fines que cumplir distintos a su felicidad y bien estar sobre la tierra. El estar en el espacio tiempo es suficiente derecho a disfrutar de las riquezas sociales como lo es la memoria, la cultura acumulada, la paz y la libertad. Las opresiones premodernas no se justifican, solo hay que entenderlas como un pasado en el tránsito del ser animal al ser humano. Tránsito acompañado de la construcción del lenguaje, vehículo y contenido de los relatos sustentadores de la igualdad.

La metafísica kantiana y hegeliana produjeron los discursos del progreso. La metafísica heideggeriana produjo la idea del ser arrojado al mundo. La dialéctica marxista alimentó una imagen del ser humano producido por el trabajo y la lucha por el control de la riqueza. El pensamiento moderno transdisciplinar, a esta altura del siglo XXI, deja un concepto del ser humano como producto y constructo de una naturaleza eterna que trata de perpetuar sus desarrollos. Ocurrió una vez en un planeta que un ser vivo adquirió el lenguaje y con él se nombró y nombró las cosas y elaboró un extenso relato durante milenios sobre sí mismo, su origen y el mundo, para llegar a un hoy que destruye todas las pretensiones de dominación de unos seres humanos sobre los otros.

En Colombia, liberales, conservadores, marxistas y anarquistas solo tienen la obligación de construir una sociedad inteligente y moderna basada en el respeto, la igualdad y la libertad. La opción de arrancarle a las oligarquías herederas, el poder, por la violencia de las armas, ha cumplido su siclo. Los sistemas filosóficos modernos que sustentaron la opción, inmersos en sendas utopías, han dado paso al pensamiento moderno transdisciplinar base de las protestas callejeras que buscan por medio del paro, la instauración de unas las relaciones sociales respetuosas del otro o de los demás con el principio material de la igualdad socioeconómica que satisfaga todas las necesidades para una vida digna, plena de felicidad y bien estar sobre la tierra.

A la sociedad de grandes masas de la época contemporánea no se le puede seguir tratando con la imagen de la minoría de edad. Trato que le ha dado frutos a los herederos del poder; pero ahora insostenible por las condiciones de las distintas masificaciones, entre ellas la de la información. La injusticia sobre un sujeto o sobre un grupo, pronto se convierte en una injusticia para todos. La minoría de edad kantiana se trueca en la participación necesaria desde la única práctica que queda: la juventud sin futuro en la calle con el apoyo de los engañados, los obnubilados, hechizados, los despojados; el apoyo de todos a quienes les ha vuelto la esperanza, porque la protesta no pertenece a nadie, pero si pertenece a todos. Vendrá luego la nueva sociedad madura y mayor de edad libre pensadora y basada en un orden racional.

Imagen del Paro Nacional de Colombia 2019. En: https://www.google.com/search?q=paro+nacional&client=firefox-b-d&source=

martes, 3 de diciembre de 2019

América Meridional será una Nación Liberal


En la historia local aplicada al municipio de Bello, se ha encontrado para finales del siglo XVIII un territorio poblado por una sociedad mestiza de jerarquía piramidal en cuya cúspide estaba el color de la piel adjunto a los conceptos de nobleza y riqueza. La élite de la cúspide entró en contradicciones profundas con la monarquía, resueltas con un pensamiento y prácticas ilustradas revolucionarias, para terminar en un movimiento juntista de soberanías populares materializadas en constituciones provinciales. En estas se dejó inscrito el ideario independentista. Algunos de los participantes en ese movimiento juntista salieron del territorio del Hatoviejo (hoy Bello), lo que ha llevado a la indagación de los contenidos sociopolíticos y económicos de esa elite, para mejor entendimiento en la construcción de la historia local.

Los problemas enfrentados por esas mujeres y hombres y la forma de resolverlos ocasionaron nuevos conflictos, ya no con la corona española sino entre la elite. Uno de ellos tuvo que ver con el orden o sistema político a adoptar; por eso el primer debate asumido por la las juntas o colegios constituyentes fue entre federalista y centralistas. Este conflicto se lee, latente, en la constitución de Antioquia de 1812, en las de otras regiones neogranadinas y lo asume Bolívar en La carta de Jamaica de 1815.

El 6 de septiembre de 1815 se escribe en Kingston una respuesta a las preguntas de un caballero de Jamaica sobre el futuro político de Hispanoamérica. Respuesta considerada como una obra de la literatura epistolar o un ensayo ejemplar. Bolívar se sitúa en el tiempo diacrónico para presentar el destino de América del Sur como producto de la historia. Aunque manifiesta su falta de información más profunda, respondió con lo que tenía, resultando un manifiesto de la universalidad de su pensamiento.

Comenzó por calificar la conquista española de América como una expresión de barbarie increíble, tal como la describe Bartolomé de las Casas en su crónica Historia de las Indias. Al pronunciarse sobre este periodo, Bolívar muestra haber leído además de De las casas a otros cronistas de Indias, para formarse un juicio radical sobre España por el genocidio americano. Dice que nos une el odio profesado contra la “desnaturalizada madrastra”, una España sin ciencia, sin política, sin producciones ni industria.

Para poder trazar el camino futuro de América, toma las estadísticas disponibles. Piensa en los próximos administradores enfrentados al reto de darle un gobierno a los 15 millones de americanos distribuidos en 17 estados así: Rio de la Plata 1.000.000; Chile 800.000; Perú 1 .500.000; Nueva Granada 2.000.000; Venezuela 1.000.000; Nueva España (Méjico) 7.800.000; Puerto Rico y Cuba 800.000. Seres que habitan un territorio de 2.000 leguas de longitud y 900 de latitud, según mediciones de Humboldt conocidas y estudiadas por Bolívar.

¿Qué tipo de gobierno adoptar? América está, dice, como cuando se acabó el Imperio Romano: “cada desmembración formó un sistema político”, situación que ha llevado al enfrentamiento entre partidos y al abuso de poder, creándose una situación más cruel que las impuestas por la tiranía monárquica. Y por el deseo de ser racional hay que acabar con la servidumbre, dejar el contrato social hecho entre el rey y los conquistadores, según el cual estos debían hacerlo todo a sus costas y pagar un tributo por ello (el famoso quinto real). Por eso resultó en la América conquistada a sangre y fuego un Estado feudal con la servidumbre como relación social.

El gobierno revolucionario, autónomo iniciado con las juntas populares, resultantes de la cautividad de Bayona, hecha por Napoleón, tomó la forma federalista. Todos, Venezuela, Nueva Granada, Chile, Buenos Aires, adoptaron el federalismo, con garantías de libertad de empresa, de imprenta, libertad civil, los Derechos del Hombre y el equilibrio de poderes. Menos Méjico que creó una Junta Nacional sin separación de poderes y por tanto siguió la forma monárquica de gobierno.

La República Democrática y Federal que se ha adoptado sufre de infancia por la aparición de partidos que han hecho retornar la esclavitud, porque ellos no separan los poderes tal como fue el método de la monarquía. Dice Bolívar al caballero jamaiquino que nos falta talento y virtud política para hacer un federalismo como el norteamericano. Allá se llegará luego que el pueblo se eduque y se puedan conseguir unas instituciones liberales, para la felicidad de todos.

Por el instinto humano de buscar la felicidad, se alcanzan las sociedades civiles basadas en la justicia, la libertad, y la igualdad. “Los estados americanos han menester de los cuidados de gobiernos paternales que cierren las llagas y heridas del despotismo y la guerra”. Gobiernos paternales creados con las facultades de un dios y las luces y virtudes de todos los hombres.

Bolívar mismo cierra las puertas de una sociedad de instituciones liberales, se decide por lo que se tiene, el federalismo norteamericano o el modelo inglés. Ambos sistemas, dice, exigen muchas cualidades que América no tiene (se refiere a América hispana), luces y virtudes. Por eso se desliza hacia un gobierno paternal, tutelar de los derechos, una República dirigida por esclarecidos, iluminados y virtuosos; dirección durable en el tiempo hasta poder educar el pueblo para que al fin asuma la democracia.

Pero debe adoptarse un modelo o crearse; por eso dice, se debe formar una Colombia con Nueva Granada y Venezuela, hacer un gobierno tipo inglés, sin rey, pero con un ejecutivo vitalicio electivo y no hereditario; con legislativo compuesto por senado hereditario y una cámara baja de libe elección restringida por el senado.

No se puede pensar en una sola nación, porque América tiene 17 estados a pesar de tener la misma lengua, el mismo origen, las mismas costumbres, igual religión. Las naciones resultantes deben civilizar a los indígenas y ayudar a los esclavos a salir de la corrosión servil para que aprecien la libertad.

La lucha por la nación, también debe darse contra la costumbre para sacar el pueblo de la ignorancia y la actitud conservadora creada por la tradición cristiana, al igual que la tradición indígena creada por la religión de Quetzalcóatl maestro de la civilización y su discípulo Moctezuma, que prometieron volver a pedir cuentas como Jesús. Ante estas costumbres conservadoras debe decirse que América Meridional será una Nación Liberal.

El pensamiento bolivariano, que se lee en la Carta de Jamaica - Contestación de un americano meridional a un caballero de esta isla [Henry Cullen], no pudo materializarse en la Constitución de Cúcuta de 1821 cuando se creó la República de la Gran Colombia que puso bajo una misma autoridad a la Nueva Granada, Venezuela, Ecuador y Perú. Se expresó en la liberación del Alto Perú y la creación de la república de Bolivia. Allí si Bolívar constituyó un poder ejecutivo vitalicio electivo y no hereditario; un poder legislativo con senado hereditario, una cámara baja de libe elección y un poder judicial con magistrados hereditarios.

La nación liberal estuvo en la inspiración roussoniana y en el Espíritu de las leyes de Montesquieu; pero no en la operatividad del poder. Ese ideario liberal al ser llevado por Bolívar a la práctica le resultó un régimen aristocrático y autoritario por esa concepción del pueblo como corrompido y falto de virtudes políticas, digno de ser tutelado hasta que obtuviera la mayoría de edad y se le pudiere dar la libertad. Esta práctica y pensamiento de Bolívar tuvo su contraparte en los santanderistas, quienes con los mismos principios filosóficos – políticos construyeron una república basada en el imperio de la ley o el equilibrio del poder tripartito.

Imagen: Germán Tessarolo. Bolívar. Óleo sobre lienzo 1996

domingo, 17 de noviembre de 2019

Antioquia y el contrato social


Este estudio de la constitución antioqueña del 1812, está motivado en la búsqueda de la participación de las parentelas levantadas en el Hatoviejo, en el proceso de ilustración local y luego en la independencia. Siguiendo la huella de Francisco Javier Barrientos, se encuentra como este miembro de la familia Barrientos, crecida en Niquía, norte del valle de Aburrá, se acercó a la literatura ilustrada y representó como diputado a Antioquia en el colegio electoral.

El vacío de poder generado en las colonias españolas por la invasión napoleónica de la península en 1808, posibilitó que las elites criollas sacaran todos sus contenidos filosóficos políticos, para imaginar un nuevo orden social. En esta constitución de Antioquia, que comento o resumo, se detectan las huellas del iluminismo europeo, el ejemplo de la monarquía constitucional inglesa y el resiente, para la época, modelo implementado en Norteamérica. Pero lo más visible es la persistencia de la autoconsideración de los criollos como una clase social llamada a ordenar, guiar y gobernar la sociedad, actitud que ha traslapado los tiempos y aún se expresa. Los constituyentes crearon un Estado católico cristiano, excluyente, autoritario, plutócrata y aristocrático, a pesar de la inspiración liberal e ilustrada.

En el Acta de Instalación de la Primera Asamblea Constituyente de Antioquia de 1811, está el testimonio de la reunión en Santa Fe de Antioquia de los diputados del “Serenísimo Colegio Constituyente Electoral” en el palacio de la Suprema Junta. Los diputados tuvieron el siguiente origen, “por los pueblos comprendidos en este Estado a saber: Por el Departamento de Antioquia”1 José Manuel Ortiz, José Pardo, Andrés Avelino de Uruburu, Manuel Antonio Martínez, Juan Francisco Zapata, Juan Esteban Martínez, Pedro Rublas y Francisco Javier Barrientos.

Por el Departamento de Medellín: Nicolás Benítez, Pantaleón Arango, José Joaquín Gómez, Juan de Carrasquilla, José Miguel de la Calle, Manuel José Bernal, Manuel Hurtado, Francisco Ignacio Mejía, Pedro Carvajal y Diego Gómez de Salazar. Por el Departamento de Marinilla: Jorge Ramón de Posadas e Isidro Peláez. Por el departamento del Nordeste: Vicente Moreno y Estanislao Buelta Lorenzana.

El presidente toma el juramento a los diputados en nombre de dios y la patria y ellos se comprometen a darles a los pueblos del Estado “Una constitución que le garantice sus sagrados e imprescriptibles derechos de libertad, seguridad y prosperidad”. Además garantizar la permanencia de la religión hasta derramar la última gota de sangre, si fuere necesario2.

La serenidad es una cualidad que se le exige al poder. Debe ser como un cielo diáfano y limpio o como una noche sin turbulencias, quieta. La majestad o grandeza del poder debe comportarse calmada, sosegada y tranquila. El poder para convencer, legitimarse y ser obedecido debe ser serenísimo. Por eso para los ilustrados antioqueños que se sientan a manteles a constituirse en un órgano de poder para reemplazar a los peninsulares españoles, adoptan cualidades mayestáticas, y se nombran Serenísimo Colegio Constituyente Electoral. Esa cualidad se la adjudicaron los romanos a sus reyes prerepublicanos, a su senado y a sus emperadores. Los monarcas medievales la invocaron; y verla adoptada por los constituyente antioqueños posteriores a 1810, obliga a pensar en su actitud reformadora de lo necesario, pero continuar con su adscripción a la religión, la seguridad, a la justicia y la proscripción de las conductas a su criterio nefandas.

Eligieron como presidente a Juan de Carrasquilla; secretarios José María Ortiz y Pedro Carvajal. En la sesión del 3 de enero de 1812 debatieron sobre el indulto a quien y quien lo debe dar; para este fin preguntaron y resolvieron la cuestión de la soberanía. El secretario dejó en el acta la convicción de los diputados sobre la tiranía depuesta, ella creía “que el soberano era un hombre bajado inmediatamente del cielo”3. Ahora los constituyentes asumen que “rotas las trabas de los conocimientos y difundidas como por un rayo las luces de nuestros días, sabemos ya que el soberano no es un hombre, sino todos los individuos de una sociedad. Que la ley no es la voluntad de este solo, sino la de todos juntos expresadamente manifestada; que aquel a quien estos nombraren por la elección de esta voluntad, el Soberano Representante”4.

El hombre que recibe las leyes para gobernar los pueblos puede por ellas castigar los delitos y premiar las virtudes. Si se indulta sería poner en desigualdad ante la ley; pero, argumentan, que “El hombre al entrar en sociedad, dice un célebre escritor moderno, no pierde ninguno de sus derechos naturales…” El gobernante “porqué, pués, no ha de entrar en el conjunto de voluntades, esta preciosa prerrogativa tan necesaria en la Política Social?”5

Estas reflexiones de los diputados, sus palabras y conceptos, muestran que leyeron con sed de conocimiento y fueron influenciados por el pensamiento ilustrado, especialmente por la obra de Juan Jacobo Rousseau, pues mostraron dominio de los conceptos de voluntad general, política social, pueblo soberano, sistema liberal y las atribuciones del gobernante como representante de los pueblos. Si el representante general considera que conceder indulto hace feliz y beneficia al Estado se puede conceder; pero según los delitos a indultarse. Se percibe la voluntad de no romper con monarquía y la religión, al menos en términos absolutos.

El resultado de las deliberaciones fueron acogidas por el Dictador Juan del Corral y su secretario José Manuel Restrepo, para regular el indulto. Se exceptúa “los reos de lesa Majestad, los de Estado, los homicidas alevosos, los blasfemos, el delito de sodomía, el de cohecho, el de falsedad y el de malversación en la Hacienda Pública”6. Delitos que delatan el comportamiento social, y el nuevo soberano, para tratarlo mezcla el derecho romano que penaliza los delitos al manifestarse, y el derecho medieval consuetudinario, que penaliza según la forma tradicional de penalizar. El delito de lesa majestad, la sodomía, el cohecho, son medievales expresados en el aislamiento de los conquistadores o colonizadores: aquí se debe recordar la lesa majestad de Lope de Aguirre y el soborno y la falsificación de moneda comunes en la sociedad colonial. El delito lesivo contra el Estado y la hacienda pública, nuevos, se trató de manera positiva o a lo romano.

El 27 de enero de 1812, El Serenísimo Colegio Constituyente Electoral, hizo una proclama a los habitantes de la provincia de Antioquia, dividida en cuatro departamentos, (Nordeste, Marinilla, Medellín y Antioquia) para evitar la guerra civil y el regreso de la monarquía. Enfatizó la necesidad de respaldar el gobierno como obra de todos, hecha para garantizar “una igualdad geométrica”. Llama a los habitantes, ciudadanos, compañeros, soberanos. El representante sabe que no puede “en tan pocos días hacer todas sus reformas […] vuestros Representantes han jurado perecer primero que contravenir a estos sagrados derechos: igualdad, seguridad, propiedad”7. Llama a todos a la serenidad, ante tan grande tarea, para evitar la guerra civil.

La constitución sancionada y aceptada por el pueblo el 3 de mayo de 1812, contiene 282 artículos distribuidos en títulos y secciones: Titulo I. Sección Primera: Preliminares; Segunda: De los derechos del hombre en sociedad; Tercera: Deberes del ciudadano. Título II. De la forma de gobierno. Título III. Del poder legislativo, Sección Primera: de la legislatura o disposiciones comunes a las dos cámaras; Segunda: Del Senado; Tercera: de la Cámara de Representantes. Título IV. Del poder Ejecutivo. Sección Primera: El Supremo Gobierno; Segunda: Disposiciones comunes. Título V. Del poder Judicial. Sección Primera: Del Supremo Tribunal de Justicia; Segunda: De la Alta Corte de Justicia; Tercera: Jueces de Primera Instancia; Cuarta: Prevenciones generales acerca del poder judicial. Título VI. De los diputados para el congreso. Título VII. Del tesoro común. Título VIII. De las fuerzas armadas. Título IX. Instrucción Pública. Título X. Disposiciones generales.

En los preliminares se adopta el concepto de ciudadano para referirse a los representantes y representados. La constitución les garantiza libertad, igualdad, seguridad y propiedad. Todos los pueblos de Antioquia hacen parte del contrato social, a partir de esta constitución asumen la soberanía y se declaran en asociación donde habita la Voluntad General. Asociación que ejerce los Derechos del Hombre dados por el “Autor supremo de la Naturaleza”. Se constituye un “Gobierno sabio, liberal y doméstico”. Estas son las “bases fundamentales del Pacto Social” y se declara a la religión católica como la única verdadera y se adopta como la religión del Estado.

Se adopta como forma de gobierno un Estado libre y soberano adscrito al Congreso General de la Nueva Granada ó a las Provincias Unidas. Luego de los Preliminares en la que se asienta la concepción del Estado, el derecho. La libertad, el individuo y la educación, se pasa a diseñar la “Legislatura de Antioquia”. Dice debe ser compuesta por dos cámaras: senado y cámara de representantes y reglamenta todo su proceder para el diseño, confección y sanción de las leyes que reglan el poder tripartito (ejecutivo, legislativo y judicial). En este aparte introduce un elemento que ataca una clave de la sociedad colonial como lo era el mayorazgo. Dice: La legislatura “…no sancionará ley alguna en que directa o indirectamente autorice la fundación de mayorazgos y vinculaciones civiles perpetuas, que desde hoy quedan prohibidas, y la Legislatura determinará por una ley el modo en que se han de extinguir las que haya dividiéndose entre aquellos a quienes justamente pertenezcan”8

El legislativo lo conforman senadores y representantes electos por electores salidos de unos comicios por parroquias, sitios, o pueblos. Se señala un elector por cada “diez mil almas” que cumpla con algunas calidades:
“7.Tendrá derecho para elegir, y ser elegido todo varón libre, padre, o cabeza de familia, que viva de sus rentas, u ocupación, sin pedir limosna, ni depender de otro, que no tenga causa criminal pendiente, ni haya sufrido pena corporal aflictiva, o infamatoria: que no sea sordo, mudo, loco, mentecato, deudor moroso del tesoro público, fallido, culpable, o alzado con la hacienda ajena. Igualmente debe ser habitante de la parroquia, teniendo casa poblada, habiendo vivido en ella el año anterior y en la provincia los dos años precedentes con ánimo de establecerse: a más de esto los apoderados deberán tener un manejo, renta o provento, que equivalga a doscientos pesos”9.
“20.Ninguno podrá ser nombrado Elector, miembro de un cabildo, sin que a más de las calidades prescritas en el artículo 7 de esta sección, tenga un manejo, renta o provento equivalente a mil pesos”10.

El mismo procedimiento, se señala para ser elegido senador o representante, pero para llegar, debe poseer un capital de $4.000. No ser eclesiástico o empleado del Estado, o hacer parte de la tropa (ejército). Inhabilita ser pariente en tercer grado de consanguinidad de otro senador del Estado. Se Regula un senador por cada “diez mil almas”11

El ejecutivo estará en cabeza del “Supremo gobierno o poder Ejecutivo, [residente] en un Magistrado, que se llamará Presidente del Estado de Antioquia”12. Será elegido por las dos cámaras para un periodo de tres años sin reelección consecutiva. El candidato deberá tener 30 años y con las atribuciones de sancionar las leyes, realizar las obras públicas mediando proyectos aprobados por la legislatura; administrar las finanzas públicas; ser el “Capitán General de toda su fuerza armada”, excepto cuando estén al servicio y al mando de los “Estados Unidos”13. Provee todos los cargos públicos. Ejerce el Patronato de todas las iglesias de la provincia. El Presidente dejará una memoria a su sucesor de todo lo ejecutado y será sometido a juicio de residencia, él y los miembros del ejecutivo, al término de su periodo, por el Senado.

El poder judicial será aplicado por el “Supremo Tribunal de Justicia”, compuesto por cinco Ministros y un Fiscal; y se podrá dividir en salas según las necesidades. Estos ministros serán elegidos por tres años (3) por la Legislatura en pleno y cada año reemplazará dos. Los elegidos deberán cumplir con las mismas calidades para ser senador, representante o presidente. “Los recursos extraordinarios (de instancia superior) como acostumbraba España, serán atendidos por un “Tribunal o Alta Corte de Justicia” nombrado para la ocasión por la Cámara de Representantes, quien informará al Senado de lo actuado. Los Ministros de la Alta Corte serán dos Representantes y dos Senadores. “Cada una de las cámaras sacará por suerte dos individuos de los de su sala, quienes unidos al Presidente del Estado formará el Tribunal: más el Presidente solo tendrá voto en caso de discordia”14

A la aplicación de justicia se le crean las instancias. Estas comienzan con los alcaldes ordinarios, capitanes a guerra, tenientes, jueces pobladores, alcaldes de la hermandad y jueces pedáneos. Luego, jueces de tribunales organizados por círculos. Las justicias primeras y la distinción de los hombres entre nobles y plebeyos son huellas o improntas coloniales de las que no estuvieron dispuestas las elites a abolir; pero si advierten los constituyentes en prohibir “la cuestión bárbara del tormento” y también la justicia desigual para nobel y plebeyos “siendo todos los hombres iguales delante de la ley, ningún Juez o tribunal por un mismo delito impondrá diversa pena al noble de la que impone al plebeyo, estando siempre a la más benigna”15.

La filiación del ideario legislativo, signado en la Constitución de Antioquia de 1812 y en la cabeza de las elites que la produjeron quedó manifiesto, al invocar la forma de los juicios por jurados populares: “habiendo manifestado la experiencia de muchos siglos en Inglaterra, y últimamente en los Estados Unidos de Norteamérica, que el juicio por jurados iguales al reo, y de su misma profesión…” forma que evita “la opresión y la tiranía”, se adoptará cuando se halla ilustrado al pueblo16.

La legislatura elegirá dos diputados para el “Congreso General de las Provincias Unidas de la Nueva Granada, con las mismas calidades descritas. El Estado tendrá un tesoro público al que llegan todas las rentas existentes, es decir, la Constitución antioqueña, mantuvo las rentas coloniales y los privilegios, porque el tesoro debía sostener hasta los ministros religiosos: “todo ciudadano tiene obligación de contribuir para el Culto Divino y subsistencia de los ministros del santuario, para los gastos del Estado, para la defensa y seguridad de la patria, para el decoro y permanencia de su gobierno y para la administración de justicia”.17

Para defender el Estado se crea la Fuerza Armada, sin derecho a deliberar y compuesta por todos los ciudadanos capaces de portar armas, sin excepción y a sus costas. Cuando el Estado convoque “Leva en masa de la Provincia, el individuo que en tal Leva no se hiciere inscribir en la lista militar, no teniendo una excusa legítima, perderá los derechos de ciudadano por cuatro años”.18

En todos los lugares poblados del Estado se obliga a tener una tropa no inferior a la décima parte de la población: “Los alistamientos son voluntarios, esperándose que los ciudadanos se disputarán a porfía el honor de estar inscritos en la lista de los defensores de la religión, de la libertad, de la independencia […] más si de esta manera no se completasen las milicias y tropa reglada, se llenará […] por medio de las quintas”. Este método de las quintas consistía en un reclutamiento forzado: uno por cada cinco aptos del lugar19.

Para que todos los individuos y clases del pueblo amen, conozcan sus derechos y tengan virtudes públicas o religiosas y “defiendan hasta la muerte” la patria y la libertad, tendrán una educación o instrucción pública gratuita, así: Escuela de primeras letras en todas las parroquias (leer, escribir, religión, derechos y deberes del hombre y el ciudadano, aritmética y geometría). Un colegio y universidad (gramática, filosofía, religión, moral; derechos patrio, público y político de las naciones y cátedras necesarias). “Sociedades públicas y privadas, que promuevan la agricultura, la minería, las ciencias, el comercio y la industria…” La legislatura establecerá un premio anual para los inventos útiles al país20.

Termina el ejercicio constitucional con unas disposiciones generales que estipulan los salarios de los empleados, la regulación de la libertad de imprenta con el concepto de “Lesa Patria” para los escritos que subviertan el orden constitucional. La creación de un “Colegio revisor de la Constitución” por elecciones regulares en caso de hacerse. El presidente será tratado con los títulos de Ilustrísimo y Excelencia. Se concluye llamando al fiesta por el logro: “Publicada esta, se celebrará en toda la provincia tan fastuoso acontecimiento, como la época más memorable de su historia política, en que el bueno y virtuoso pueblo del Estado de Antioquia después de tantos años de la más bárbara tiranía y despotismo ha entrado en el pleno goce de sus derechos, adquiriendo la facultad de gobernarse a sí mismo”21

1. Constitución del Estado de Antioquia. En Repertorio Histórico. Órgano de la Academia Antioqueña de Historia. Nos. 5-8. Agosto 11 de 1913. Medellín. Pág. 278
2. Ídem. Pág. 279.
3. Ídem. Pág. 285
4. (Ídem. Pág. 286)
5. (Ídem. Pág. 287)
6. (Ídem. Pág. 290)
7. (Ídem. Pág. 294)
8. Constitución del Estado de Antioquia. Sancionada por los representantes de toda la provincia y Aceptada por el pueblo el 3 de mayo del año de 1812. Santa Fe de Bogotá. En la imprenta D. Bruno Espinosa por D. Nicomedes Lora. Año de 1812. Pág. 312
9. Ídem Pág. 314
10. Ídem Pág. 317
11. Ídem Pág. 322
12. Ídem pág. 324
13. Ídem pág. 328
14. Ídem pág. 336
15. Ídem pág. 338
16. Ídem pág. 340
17. Ídem pág. 342
18. Ídem pág. 344
19. Ídem pág. 34420.
20. Ídem pág. 346 - 34721.
21. Ídem pág. 352. (Bastardilla en el original).

Imagen: Dora Ramírez Bolívar en el caballo de Rousseau. 1977

jueves, 7 de noviembre de 2019

Un alterado mundo urbano



Eddier es un testigo de la vida del presente, la vida contemporánea. Decir, el artista como testigo, es un argumento genérico para todas las expresiones estéticas y vale para todos los tiempos, desde la Altamira prehistórica hasta el arte para el mercado de hoy. El artista, por naturaleza o por adquisición, tiene una sensibilidad que le hace un ser distinto, capaz de elaborar imágenes sobre hechos, personas o cosas, inmersas en el tiempo y en el espacio.

La sensibilidad del artista le permite ver, oír y sentir, rasgos de la vida que para la gente común pasan de manera imperceptible. Esa aptitud debe llamarse sentido estético, porque la elaboración de imágenes de las artes plásticas, de la literatura, de la poesía, la música o el cine, tienen la cualidad de producir regocijo en el contemplador. Regocijo o goce que mueven en los seres humanos el gusto por la belleza.

La vida humana necesita del arte y los artistas, para exorcizar la angustia de la existencia que pasa en la rutina de lo cotidiano. La contemplación de la obra extasía y produce un estado alterado vivido inicialmente por el artista, pero que por ese sentido estético, es capaz de compartirlo con el contemplador, espectador. Se transmite el acto creador como alteración de la rutina y para incitar a los contemporáneos de la obra, a aprender sobre su tiempo, sobre los otros, sobre el aire, el agua y la tierra. Se ha sacado del mundo de afuera la materia viva o inerte para meterla en la belleza de la imagen y llamar a ejercer la vida con asombro, con alegría, con dolor, risa, llanto o lo que se puede entender con la palabra conmoción.

Este bello libro, que lleva la obra pictórica de Eddier Tálaga a imprenta, es un documento con un doble testimonio: de la obra del artista y la perpetuación de su memoria. Ahí está la obra de un maestro de la plástica contemporánea; verla exhibida o verla en este impreso conmueve porque en ella están las mujeres y los hombres en actitudes cotidianas, pero potenciadas para que nos afecten los sentimientos; para que nos obliguemos a traer a la conciencia las escenas íntimas o callejeras, los oficios y los paisajes urbanos. Estos temas pasarían rápidos ante los ojos, si no fuere por los gestos casi hieráticos de los cuerpos, las miradas pícaras, tristes o de desenfado; los espacios traídos a la imagen por una luz particular, la luz de los colores de Tálaga, a veces sutiles, a veces, intensos. Y las atmósferas son las que llenan la obra con lo que puede llamarse la identidad del artista, la identidad de Eddier Tálaga. Quien ha observado, sin prevenciones la obra, la distingue, la saca de cualquier congestión, por sus atributos.

Lo que se puede ver y atribuir es toda la connotación de la obra de arte de nuestro tiempo, está la materia de la ciudad, de los cuerpos de las cosas, de los gestos; pero irremediablemente transformados por el sentido estético para que el observador llore, ría, se mofe, glorifique, se indigne, se extasíe, porque se está ante el disfrute personal de la belleza de la obra de arte. Cada quien disfruta de este testimonio a su manera.
Guillermo Aguirre González
Noviembre de 2019
Con ocasión de la presentación del libro “Tálaga” en la tertulia del Ángel

domingo, 27 de octubre de 2019

Un Gnomón de veinte pies. La mirada Ilustrada de José Manuel Restrepo


 La búsqueda de información documentada sobre la historia local de la ciudad de Bello ha llevado a prestar atención al periodo de transición de la colonia a la república. Época de preocupación de la monarquía española de la casa borbónica, por inventariar los recursos socioeconómicos de las colonias. Estas preocupaciones se enmarcaron con las actitudes e ideas del absolutismo ilustrado, que permitió la participación en la administración de las Colonias a los criollos y mestizos pardos. Además les permitió el acceso a los colegios pontificios, a la literatura liberal peninsular, a viajar a por Europa y el acceso a los debates sobre la ciencia o la eficacia del gobierno público.

El Hatoviejo, resultado de la conquista y colonia, entró en la observación de los ilustrados antioqueños de finales del siglo XVIII, por hacer parte del valle de Aburrá, territorio dedicado al cultivo de pancoger y a la cría de ganados para el abasto de la población minera local y de la provincia.

El contacto de los criollos neogranadinos con la IIlustración europea, comenzó desde la permisibilidad de la corona española para ocupar puestos administrativos y públicos. Es el caso del antioqueño “Abogado de la Real Audiencia de Santa Fe de Bogotá” José Manuel Restrepo. El pensamiento ilustrado, que según Renán Silva1, se manifestó por el cambio en la concepción de la Naturaleza, en la colonia medieval. Esta se pensaba como un ser monstruoso habitado por mohanes, demonios y selváticos seres brujos. Para los ilustrados la Naturaleza entró a ser amable, llena de una exuberante riqueza digna de ser conocida, porque dios la creó como un don para el ser humano, para que extrajera de ella su sustento. Conocer la Naturaleza era alabar al ser supremo.

Esta reflexión explica la dedicación de José Manuel Restrepo a elaborar un temprano escrito (lo hizo a los veinte años) “Ensayo sobre la geografía, producciones, Industria y población de la provincia de Antioquia en el Nuevo Reyno de Granada”2. Pero la novedad estuvo en el vuelco de la actitud racional hacia la observación, para luego construir conocimiento. Dice José Manuel: el que hace investigación, si no hace mediciones topográficas, el curso de los ríos, longitud y latitud de los lugares y el curso de las montañas, fracasa en cualquier proyecto económico; la prosperidad de los pueblos se hace muy lenta.

José Manuel Restrepo utiliza y se ayuda con instrumentos en su observación – medición de la Naturaleza. Dice: “La primera Carta de la Provincia de Antioquia, que se ha formado con observaciones astronómicas ha sido la que yo levanté en 1807. Para observar las alturas meridianas del sol, y de las estrellas utilizaba un Grafómetro de anteojo que sirve lo mismo que un cuadrante y cuyo error me era conocido. También para el primero me valí de grandes Gnomones de 15 a 20 pies de altura medida aproximadamente. De este modo he determinado con exactitud la latitud de los principales puntos de la Provincia […] Las longitudes me han sido más difíciles. Tuve la felicidad de que el Barón de Humbold determinó astronómicamente la de Nare: así, en esta población comenzaron mis trabajos: desde aquí llevé con la Brúxula hasta Medellín una cadena de rumbos compuesta de muchos triángulos: después la continué en todos mis viages conociendo la declinación de la aguja por observaciones del Azimut del sol. Los lados del triángulo los hallaba por medio de operaciones geodésicas, donde el terreno lo permitía, o por observaciones del tiempo que tardaba en caminar uno de ellos, haciendo siempre la rebaja que exigía la desigualdad del país…”3

Observaciones y mediciones dirigidas a buscar explotaciones de los recursos naturales, para beneficios económicos, que debían aprender los dueños de minas y esclavos, para tratar de sacarlos del atraso y el fracaso de muchos emprendimientos. Dice a este respecto: “Las minas ricas dan todos los días quatro tomines de jornal (8 reales) por cada esclavo, aunque son muy raras las de esta clase: las comunes producen uno o dos tomines. Los mineros dueños de esclavos son pocos, y el que más, tiene 100 negros; de modo que los esclavos no explotan la sexta parte del oro que sale de Antioquia; las otras cinco partes son extraídas por los individuos libres que nombran Masamorreros4.

Este conocimiento elaborado con los paradigmas científicos de la modernidad debe llevar a los neogranadinos a lograr la prosperidad con el aumento de las producciones cuando ocurra la explotación de las betas y logren dejar el laboreo del oro corrido cada vez más escaso. “Las minas de oro corrido no son las únicas que existen en esta Provincia: hay betas de oro en las Cruces, en San Vicente, y en el Guasimal […] Hay muchas otras que existen en los montes; pero nuestros conocimientos de minería, en dos siglos que hace las trabajamos, son ningunos; así ni sabemos distinguir las betas de oro, ni seguir sus veneros, ni dar los zocabones, y al fin todas se pierden”5.

El ensayo de José Manuel fue publicad en 1809 y se lee en él una inspiración basada en el pensamiento económico de la Riqueza de las Naciones de Adams Smith. Por ello está convencido de que la riqueza se origina en la industria; utiliza el concepto de “balanza del comercio para medir la salud de la economía e una nación: “Ya se sabe, y es principio indudable entre los economistas, que un pueblo es más rico cuanto más exceden sus exportaciones a las introducciones, y que es pobre cuando las entradas son mayores que las salida”6.

Al final del texto Restrepo trae algunas estadísticas y coordenadas de todas las poblaciones de Antioquia. Datos que revelan sus intenciones de relacionar el número de habitantes con las posibilidades económicas. Los censos que para la época se hicieron, tuvieron también los oficios y el número de oficiantes, le reforzaron su convicción de las pocas luces neogranadinas; muy pocos habitantes para explotar el inmenso territorio lleno de riquezas. Los datos en el año 1808 sobre la población del valle de Aburrá: Hatoviejo 1.446, Antioquia 18.680, Medellín 14.182, Copacabana 2.468, Barbosa 1.493, Envigado 9.556, La Estrella 628.

La misma intención de hacer inventario del territorio antioqueño la tuvo el visitador de la Real Audiencia Juan Antonio Mon y Velarde, llamado el regenerador, llegado al territorio en 1784. Su formación ilustrada coincide en preocupaciones con las de José Manuel y por eso dice: “El sitio de Hatoviejo se halla a distancia de Medellín como tres leguas, aunque logre de buen clima y temperatura, no es tan aparente su terreno para las siembras, por lo que son pocos los sujetos acomodados, y muchos los pobres. Siendo reducida la Iglesia que antes tenían, se está actualmente construyendo una de tapia y teja con capacidad y extensión proporcionada al vecindario”7.

En esta Observación está el territorio, la población y la economía pero la intensión de Mon y Velarde se dirigió a detectar la posibilidad de del pago de los impuestos, aunque al observar muchos pobre, los declaró insolventes o población problema y por eso recomendó a la corona desplazar las gentes pobres hacia otras tierras. Generó lo que se conoce como la colonización dentro de la colonia del sur de Antioquia.

1. Silva, Renán. El descubrimiento de la Economía Política en la Nueva Granada a finales del siglo XVIII. Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura. No. 29 Bogotá 2002.

2. En el Semanario del Nuevo Reyno de Granada. No. 6 Santafé 12 de febrero de 1809.

3. Idem Pág. 42.

4. Idem Pág. 57. Cursiva en el original.

5. Idem Pág. 58

6. Idem Pág. 71

7. Robledo Emilio. Sucinta relación de lo ejecutado en la visita de Antioquia por el Oidor Juan Antonio Mon y Velarde. Transcrito por Emilio del Archivo Nacional de Colombia. Separata Tomo 12.

  • Imagen: Intihuana, calendario gnomonlítico de Machu-Picchu