viernes, 28 de abril de 2017

Este siglo huele a cuerno chamuscado. Sobre El hombre sin atributos de Misil

Toulouse Lautrec. Baile en el Moulin Rouge 1890

Existe una forma de hacer la historia en la que solo aparecen los héroes, quienes en general, fueron los dueños del poder, por la riqueza, por la fuerza, o por ambas. En La revista de la Universidad de Oxford Past and Present, de la escuela inglesa de historia, se expresaba frecuentemente uno de sus creadores Edward Palmer Thompson, sobre la necesidad de revaluar la historia política de héroes y poderosos, cultivada en el siglo XIX, y meterle la gente a la historia política. La gente, de la cual no queda nada en los archivos, excepto su nombre o número estadístico, la encontramos en la literatura. En esta, tomada como fuente de información, para la elaboración de la historia, está el ser humano ficcionado, pero verosímil, porque, la creación de personajes tiene un referente real.
 
El hombre sin atributos de Robert Musil, es una novela que nos da los sentires y aspiraciones de la época antes de las guerras mundiales del siglo xx. Puede leerse entre líneas de los diálogos que sostienen los personajes, una crítica al positivismo y una defensa de la tradición aristocrática con el interés de someter la vida a una asepsia social. Se descubre que esa sociedad, la que hizo la guerra mundial, fue el último obstáculo del espíritu moderno para imponerse y universalizarse.
 
Ulrich, secretario de la Acción, clasifica y archiva las peticiones del pueblo. Hace dos legajos, uno con las peticiones abolicionistas, otra con las incrementales. Los abolicionistas piden así: "el primero cargaba la responsabilidad del mal tiempo" a los entes visibles y exigía el exterminio de los judíos, de la iglesia católica, el socialismo y el capitalismo; la mecanización del pensamiento, la desidia del desarrollollo técnico, la promiscuidad racial, el urbanismo, el latifundio, el intelectualismo, la insuficiente instrucción del pueblo. "Acabar con el culto al arte porque la vida es mejor poeta que todos los escritores". El éxtasis del alpinista en la cumbre de la montaña es suprior al que da la filosofía o el arte, por eso se debe impulsar los clubes de alpinismo.
 
Ulrich concluye que unos buscan la salvación en el pasado y otros en el futuro. Él y su prima Diotima tienen en su haber todo de la Acción incluido el recorrido por la ciudad de Viena y la ruralidad de Austria, para conseguir adeptos para la Acción. Musil registra lo que ven los ojos de estos dos personajes. Las gentes rurales no tienen asepsia, en Viena hay tres tipos de gentes con respectivas residencias en las que se ven sus gustos, aspiraciones, o el pasado. Los burgueses sobrios, con sus casas limpias y severas. Los aristócratas en sus viejos palacios llenos de bellas obras de arte, pero fríos y amenazan ruina. Las casas de la clase media, funcionarios del Estado, agradables, con agua, cómodas. La ciudad es bella y hace feliz quien la recorre.
 
Los diálogos entre los personajes muestran los contenidos mentales de ellos y de la época. Los jóvenes se admiran; ellos conciben que el vestido es el súmmum de la civilización y la desnudez es la barbaridad del salvajismo. Cortejan a las mujeres por su porte y expresión y se hacen acompañar de ellas, para sostener diálogos en los que ejercen la convicción de su superioridad intelectual. Hablan de las posibilidades del pensamiento con ejemplos de la naturaleza difíciles de comprender. Si ellas dicen no comprender no importa, si escuchan el interlocutor sigue adelante.
 
Ellas se admiran y se tocan, les está permitido. La juventud de sus cuerpos es una atracción y una vía para entrar en la sociedad, no solo de ellas, sino de la familia. Sus cuerpos se entienden como objeto de deseo pero se tiene presente los reglamentos para acceder a ellos. Hay deseo sexual entre parientes y del padre viejo ante sus hijas jóvenes, pero saben detenerse y distinguir la caricia filial de la sensual.

La asamblea de la Acción vuelve. Se reúne para el aniversario del imperio llamado Kakania. Confluyen todos los intelectuales, filósofos, literatos, poetas y artistas. Diotima los escucha y percibe los contenidos mentales a través de palabras salidas de encías rosa. Concluye que está ante unos intelectuales divorciados de la realidad, lo que dicen no tiene relación con la vida práctica. Detecta la diferencia entre ciencia y sentimiento; pero como el autor Musil la ha caracterizado como un mujer hermosa y administrativa, decide él emprender una diatriba contra la ciencia y su fundamento filosófico, el positivismo.
 
Dice que el siglo está preso de una borrachera de positivismo, la misma que comenzó con Galileo Galilei y la que le dio al capitalismo fuerzas para expandirse. El siglo huele a cuerno chamuscado, el positivismo es infernal. La vida se mira desde un solo lado y es necesario que el nacimiento enrevesado del siglo sea corregido por las manos del creador. Esta reflexión de Robert Musil rebela el sentido y concepción de la vida de este autor alemán del tiempo temprano del siglo xx. Los personajes aparecen y con mucho tacto y dilectancia va construyendo su mentalidad y las va adscribiendo a la Acción Paralela, según su imaginario. Diotima en la última asamblea detectó en el debate los puntos de vista pero es el autor quien los desarrolla.
 
Musil registra en El hombre sin atributos, el estado mental de su tiempo. En ese, la ciencia tiene un momento en el curso de su conquista de la cultura. Desde su aparición como ciencia moderna, en la época de Galileo, comenzó su ascenso, lento pero definido, hacia la conquista del mundo. La percepción de Musil, en su época, se puede caracterizar como el momento que preludia el dominio universal de la ciencia, y la cultura austríaca fue su último obstáculo. Luego de las dos guerras, la ciencia moderna encontró la llanura de su expansión.

miércoles, 26 de abril de 2017

Escritos de abril. La venzonalización uno de los miedos colombianos

La llave. Óleo de Enrique Grau 1963
La venezonalización de Colombia es el nuevo miedo que Uribe y Pastrana quieren explotar en el electorado. Es evidente en la carta que Uribe dirige a los congresistas norteamericanos. El contenido de esa comunicación es el programa político del uribismo para la campaña electoral de 2018: acabar con el proceso de paz. Ante esta evidencia, es necesario avisar a los colombianos sobre la imposibilidad de que ocurra en Colombia un régimen como el venezolano, por la sencilla razón de no existir aquí unas fuerzas militares propulsoras del Socialismo del siglo XXI. El régimen venezolano resiste porque es sostenido por el ejército.

La estrategia política utilizada por los del NO en las últimas votaciones en Colombia, que dio excelentes resultados, se va a repetir en las elecciones del próximo año. Se trata de indignar al elector para llevarlo controlado a las urnas: eso denunció el centrodemocrático Juan Carlos Vélez. Ya no será la homofobia de la "ideología de género", será el miedo al desabastecimiento sufrido por Venezuela desde que los ricos dueños de las cadenas de abastos se pelearon con el chavismo. Ese miedo lo han extendido hacia la inclemencia de los colombianos que no creen en la rehabilitación de los que se han puesto fuera de la ley y han delinquido sistemáticamente. Es el miedo a las Farc. Tan infundado como la homofobia nombrada, pues el partido político resultante de esta guerrilla transmutada, no podrá quitarle con la facilidad pensada, el poder a la clase política dos veces centenaria. Se sabe que en las elecciones del 2018 se opondrán los defensores del proceso de paz contra los que quieren congelarlo o destruirlo y en la contienda jugará un papel fundamental las redes sociales, en especial los grupos de WhasApp que son capaz de dirigir la opinión política de las gentes sencillas de una o varias familias conectadas. Así operó Juan Carlos Vélez.

El WhasApp, jugó un papel estelar en la convocatoria de los colombianos a participar en el plebiscito sobre los acuerdos de paz del año 2016, porque el acceso al aparato telefónico con esa aplicación, llegó a la mayoría de los miembros de las familias. Ese medio de comunicación le dio el poder a su usuario, al dejar por escrito o por la réplica de imágenes quietas o en movimiento, de expresar su opinión sobre los acuerdos de paz.

Pero esa opinión estuvo determinada por varios factores y entre ellos el más favorecido fue el venir la información de un pariente con nexos políticos. Otro factor, el sentimiento popular de ridiculizar el gobierno de turno o los poderes públicos, que ató el desprestigio de la política a la opción de decir y votar por el No, en medio de chistes, insultos y groserías. Otro el provecho que sacaron los opositores a los acuerdos, de ese bajo nivel de nuestra cultura política y la incapacidad de pensar racionalmente los grades temas que han identificado en las últimas décadas, el desarrollo de la civilidad colombiana, como el enfoque de género, la inclusión social, el respeto, la tolerancia de los otros y la ampliación de la libertad.

Esta situación ha cambiado, en el sentido del aumento permanente del uso del WhasApp, por el acceso masivo a la tecnología y la conectividad. Es decir en los próximos comicios tendrán un protagonismo superior al anterior y es tarea asumir esta novedad y darle contenido edificante. Decía Umberto Eco a comienzos del año 2016 que las redes sociales le habían dado la palabra a los imbéciles; pero no dijo que eso ha ocurrido con todos los medios de comunicación cuando se pierde el monopolio ejercido por las élites. Ocurrió con el libro, la radio, el cine y la televisión, no porque hayan caído en manos de imbéciles, sino porque se ampliaron las visiones del mundo otrora acalladas. Las redes no se pueden dejar al garete. Es deber darle un contenido edificante e impedir que una sola visión del mundo, la deleznable sea la que impere.

Es necesario terciar en el debate, como se dice en los coloquios persistentes. Y en esta coyuntura colombiana el debate se ha metido en las familias. Hoy los padres, hijos y allegados pasan más tiempo "wasapiando" que ante el televisor. ¡Ocurre!. En muchos hogares se ponen mensajes mientras se ve televisión. Es la seducción de la pantalla. Hay dos pantallas involucradas en esta actitud y parece cumplirse la predicción de Ray Bradbury en Farenheit 451; ocurrió en su sociedad imaginada que los libros y las bibliotecas se incineraron y en su lugar el Estado obligó montar pantallas. Las habitaciones reemplazaron sus paredes por pantallas.

Hoy se compite por tener pantalla grande y aparatos que se pueden conectar a las redes sociales y desde ahí "wasapear". El contenido de esos mensajes textos, sin autor, sin responsables y llenos de sentencias sobre personajes políticos o sobre el mismo lector al que se insulta, se le maltrata, si no obra como lo dice el anónimo. Los temas dominantes de los mensajes son la chistología, la religión y la política. La primera sirve para desplegar el ingenio o poder de desencadenar hilaridad; la segunda de muy difícil racionalidad hay que respetarla porque es un sentimiento humano muy profundo. La tercera hay que someterla al debate. Es un deber participar en esos debates familiares. Se debe enseñar a tener criterio para reproducir información, para compartir textos. Los mensajes políticos que se compartieron entre los miembros de la familia por los mismos familiares, dirigidos a crear opinión política en las pasadas votaciones, utilizaron la mentira, el odio, el daño, la falsedad y la calumnia. Se recurrió a todos los bajos sentimientos para "llevar al elector indignado a las urnas".

El debate político ha entrado en las familias conectadas por las redes sociales. Allí es necesario terciar, para dignificar la información, no en términos de control sino, en términos de nivelar el imaginario por lo alto y no por lo bajo, por ese bajo nivel de nuestra cultura política y la incapacidad de pensar racionalmente lo que ocurre en Venezuela. En la casa de nuestro vecino, un líder militar quiso enfrentar la injusticia y la acumulación de la riqueza en pocas manos, pero se equivocó de método y sus herederos políticos profundizaron la equivocación.

En el debate político que las redes sociales han generado en nuestras familias, hay que presentar el tema del enfoque de género, con racionalidad. Se debe aclarar que el enfoque es distinto a la ideología de género. Este concepto se introduce para manipular el tema y potenciar el miedo a la diversidad sexual, un fenómeno de nuestra sociedad que se debe comprender y tratar desde la ciencia y no desde la ideología en la que se mezcla religión y política.

El acuerdo de paz, debe ubicarse en el contexto histórico para sacarlo del maquiavelismo político de los sectores que quieren perpetuar la guerra en Colombia. Desde el origen de la república democrática, en nuestro país se registran, diez grandes guerras civiles, un periodo de violencia soterrada, una dictadura y la disolución de la sociedad por las aspiraciones políticas del narcotráfico. Todas estas convulsiones han terminado con sendos indultos o amnistías o pactos de paz. El presente acuerdo con las Farc se diferencia de los anteriores por estar en el contexto de vigencia universal de los Derechos Humanos, que exigen resarcir a las víctimas, perdón y eterno recuerdo para no repetir.

sábado, 15 de abril de 2017

Soy rico y sabio; pero inferior por ser judío. Sobre El hombre sin atributos de Musil

Rosa meditativa. Salvador Dalí 1958
Ulrich está en permanente diálogo consigo mismo. Es un hombre formado en una generación estudiosa, de la cual, para la década del treinta del siglo XX, todos están ejerciendo una profesión y “por un camino más o menos largo habían llegado del estado nebuloso al estado sólido, y por eso la historia dirá de ellos al describir su siglo: “estuvieron presentes”.

En Ulrich y su generación, el yo es una voz que se escucha y se acata críticamente; pero la crítica se dirige a denigrar de todo lo que se aleje de la comunidad y los valores de los burgueses, apoyo de la corona. Esos valores afianzados en el yo están en Austria y es lamentable que los alemanes los critiquen. En Austria está la humanidad. Eso lo sabe Ulrich y por eso el creador del proyecto de la “Acción paralela” ha pensado en él para que sea el secretario de ese sentimiento devenido de un estado nebuloso a un estado sólido. El mundo está lleno de experiencias indirectas porque se ha dejado la vivencia propia, se ha cambiado por la información: los atributos no tienen hombre y el hombre no tiene atributos.

Ulrich se habla y descubre dos Ulrich. Uno lleno de filosofía y arte que responde al ser formal de la ética, la moral y tiene el ancestro presente. Otro, herido por el desorden social, el caos, la insolencia del proletariado. Un periódico proletario llama a la “Acción paralela” una ideología de la clase dominante monárquica. Esta acusación además de indignar al creador del proyecto, lleva a Ulrich a enfrentar un ebrio en la calle, que vociferaba contra el emperador y su “Acción paralela”. El forcejeo con gritos y un policía, termina con Ulrich detenido y conducido a un cuartel de policía por querer, al final, defender el derecho del borracho.

Ese evento lo utiliza Musil para conectar a Ulrich con el diseñador y promotor del proyecto. En el cuartel, el inspector tenía la petición de ubicarlo y hacerlo llegar a la primera asamblea. Ulrich como secretario debía redactar la primera resolución con el carácter de contenido ideológico de las tareas. La “Acción paralela” debe ser poética para la admiración del mundo. Debe darle a Austria la condición de centro del mundo y a su pueblo, como colectivo, darle la tarea de hacer grandes acciones colectivas con base en ideas redentoras.

La participación de Austria en las guerras ha sido actividad reducida al criterio de los ministros del emperador Francisco José, con setenta años de reinado; esa edad y la de sus ministros ha hecho inoperante el ejército. Es necesario que la guerra sea asumida por el pueblo, actuando como colectivo, para desencadenar la innovación y el sentimiento nacional.

Ulrich ha dejado de estar partido en dos. Une ciencia, filosofía y sicología, para satisfacer el deseo de su prima Diotima, abanderada del trasfondo ideológico de la “Acción paralela”. Ella dirige la Acción a un “resultado espiritual” con hombres modernos; detiene el proyecto en el nacionalismo campeante en Europa. En él reluce el cristianismo germánico como la alta cultura alemana. Ella acusa al judaísmo de haber convertido a Austria en una sociedad de profesionales guiada por la racionalidad. Los banqueros y financistas semitas profesantes de una filosofía y ciencia práctica, se olvidaron del espíritu alemán germano cristiano. Los convocados al proyecto de la Acción, burgueses de las profesiones dueñas de la economía, aportaron su prestigio y potenciaron la popularidad de la organización; pero luego del progreso del pensamiento nacionalista, dentro de la “Acción paralela”, fueron confrontados, a pesar de su encantadora dicción y cultura, de su liberalismo con libertad de empresa y enriquecimiento, que los llevaba a concebir la sociedad como un banco.

La razón el progreso y el liberalismo se cambiaron por el racismo. Los hombres ricos, burgueses, en su mayoría de ascendencia judía, luego de participar en las asambleas de la Acción, entendieron esas inspiraciones del grupo como expresiones de aristócratas y cortesanos aburridos y levantaban sus hombros despectivamente: ellos casados, convivientes y amantes de mujeres germanocristianas, cercanas a la corte de Francisco José, comenzaron a sentir como sus mujeres les miraban con superioridad en la intimidad de sus propias casas.

Ellas sistemáticamente separadas por los varones de los temas y decisiones políticas, tomaron la bandera de comparar el espíritu universal germanocristiano, con las demás tradiciones culturales y decidieron que los males del mundo causados por el capitalismo librepensador. Por este, los judíos ricos han impuesto la ciencia, la racionalidad, sus profesiones, en detrimento de las ideas universales de la Austria Imperial. La monarquía y sus cortesanos aristócratas, preservantes de la genealogía de sus apellidos privilegiados, dejaron participar a sus las mujeres en la Acción porque veían en el orden tradicional la grandeza austrohúngara.

Ulrich metido en su yo, actuaba según las circunstancias y observaba expectante. Como secretario del proyecto, compila las comunicaciones radicadas en la oficina que le ha sido asignada. Las comunicaciones tiene el carácter de ser una suerte de Cahier de doleance, en los que la gente, el pueblo colectivo, más organizaciones sociales reconocidas, piden como debe ser el actuar de la “Acción paralela”. El secretario hace una selección y entrega dos legajos a su jefe. Entre las peticiones hay una en la que reconoce a su autora por el estilo, la letra y la manía de subrayar: viene de su amiga Clarisse. Ella pide a la “Acción paralela” declarar el “Año de Nietzsche”, de la misma forma como se ha declarado el “Año de Austria”.

El secretario comenta la comunicación con su jefe y en ese diálogo entre ambos personajes, el autor de la novela El hombre sin atributos registra la percepción de un debate presente en la época, en el tiempo de la novela. La pretensión de Ulrich, sabida en las asambleas, de abogar por un asesino misógino y alegar locura periódica, opera en la cabeza de Clarisse, dama impulsora de la Acción, y la asocia con el pensamiento de Nietzsche. Ella ha leído ese autor por incitación de Ulrich y la asociación mental ocurre por el tema de la enfermedad mental. La dama expone un condicional: si se quiere exonerar un asesino misógino por loco periódico, se debe celebrar al filósofo, también con accesos periódicos de locura.

Musil se mete en el yo del asesino. Lo muestra como un hombre inculto que se creó un odio contra la mujer desde su madre. Ella no lo respaldó cuando deseó el sexo de su maestra y esta, ante tal impertinencia, le rompió una cuchara de madera en la boca. Debió dedicarse al vagabundeo, hasta el día del encuentro con la mujer con cara de ratón que lo quiso acceder sexualmente, por la fuerza, y debió asesinarla por el odio acumulado desde la actuación de su madre y la maestra. A pesar de su falta de educación, el asesino misógino, ya preso, medita y reflexiona sobre el derecho, las gentes en sociedad, la educación negada, la riqueza, la pobreza y el poder. Su pensamiento es una función subconsciente que se puede asociar con el surrealismo: él se ve en el rostro de los otros, no sabe si sueña o vive en vigilia, un mundo nebuloso y gris en el cual nace una rosa de colores vivos. Va por calles vacías; pero llenas ojos tras las piedras y paredes.

Se unen varias líneas de pensamiento en las asambleas. El yo y el sicoanálisis; la historia y el derecho nacionalcolectivo; la razón capitalista y el ancestro judío; la locura y la estética; la enfermedad mental y la filosofía; la mujer y la política; la tradición y la necesidad de modernización. Los personajes escuchan perplejos, se confunden y solo logran darle coherencia al pensamiento del nacionalismo austríaco. Desde ahí quieren medirlo todo.

domingo, 2 de abril de 2017

Acción paralela. Sobre El hombre sin atributos de Musil



Autorretrato con esposa de Max Slevogt. Impresionismo alemán 1904

La Viena de 1913 abriga un hombre deslumbrado por la tecnología y la ciencia. Ese hombre expresa con su vida y comportamiento el sentir de la parte occidental del mundo. Es un sentir centrado en la capital cultural de la época. Allí se organizó y se produjo la obra del Círculo de Viena en 1920. La Viena, capital del imperio Austrohúngaro, en los primeros años del siglo XX, tuvo un grupo de pensadores y escritores, radicados en la universidad. El grupo dirigió todo su interés intelectual, al problema de la ciencia y su método, decantado en el tema de la lógica científica. La escuela filosófica de Viena elevó la racionalidad científica a la condición de verdad irrebatible y señaló a las disciplinas que no asumen ese método como faltas de rigor y por consiguiente de cientificidad.

Ese hombre deslumbrado por la tecnología y la ciencia, abandona el mundo seguro de los padres, la familia y la religión, mundo, que denomina el narrador, del hombre con atributos, y se dedica a darse un mundo controlado por la tecnociencia; pero ese mundo está en construcción y para ser asumido es necesario abandonar los atributos y quedar despejado y vacío y dispuesto a ser llenado por los bienes de la modernidad: la ciencia y la tecnología, que no necesitan un ser humano con moralidad tradicional, sino uno en permanente revolución espiritual y material, tal como funciona la ciencia.

Ese hombre deslumbrado se llama Ulrich. Creció con Clarisse y Walter. El trio ya adulto esgrime sus profesiones. Walter es un artista, toca admirablemente el piano y pinta sobre lienzos con los estilos revolucionarios de la época: Impresionismo y expresionismo. Ella ama la música, toca el piano y pinta, pero dice no poder llegar a la perfección lograda por su esposo Walter. Ulrich ha dejado atrás la cultura y la educación que sus padres le dieron y ha abrazado la obra de Nietzsche y las matemáticas. Desde ahí le habla de manera seductora a Clarisse y llena de celos a Walter. En el encuentro de los tres amigos de infancia, hablan y se miran con sentimientos opuestos de amor y celos y extasiados por la bella interpretación que hace Walter del Himno de la Alegría de Beethoven.

El narrador, voz atrevida que irrespeta la verosimilitud o la fuerza, dice que a Ulrich, la filosofía nietzscheana le quitó los atributos y de esa transformación de su amigo se entera Walter, quien vive en matrimonio con Clarisse. Walter hombre lleno, pleno, sin dudas, le advierte a su esposa sobre los peligros de la personalidad del amigo común, porque ha caído en la nada y solo le queda la palabra seductora y bien articulada del sofista.

La voz que habla, narra, lo sabe todo, le da cuerpo a la novela de Robert Musil. La voz interrumpe el diálogo de los personajes para ayudarles a expresarse o para contextualizar sus dominios político-económicos. Avanzada la novela y su argumentación, se percibe la tendencia objeto de la obra: Mostrar lo que los austrohúngaros tenían en la cabeza, sus ideas, la intelectualidad, los prejuicios, las convicciones, los miedos y la furia. El poder político-económico sirve de fondo y base material de esos contenidos del imperio vienes.

Un Crimen atroz, morbosamente narrado, es introducido abruptamente por la voz que habla, para luego mostrar a Ulrich como salvador del asesino, por haber detectado con sus conocimientos lógicos, matemáticos y psicológicos, la inocencia del criminal. Ocurre el crimen, el juicio y la entrada de Ulrich a los espacios de la nobleza feudal dominante, ayudada por la burguesía todopoderosa. Allí Ulrich pide clemencia y le es concedida. Sus conocimientos de sicología han justificado el crimen atroz y decide la libertad, en justicia, inspirada en la ciencia. Una ciencia que no está en la clase dominante austrohúngara. Ulrich ha sido entronizado en la corte por su padre que le dice ser esa, parte de la herencia. Encuentra en palacio los promotores de un proyecto político de culto a la patria y a los valores religiosos e imperiales, expresados en la máxima, vivir el espíritu universal. El proyecto tiene el nombre de “la acción paralela” y se dirige a desterrar el materialismo, la sicología, el sensualismo, ideologías que amenazan los atributos del ser alemán, tal como lo escribió Fichte en su Discurso al a Nación Alemana.

El narrador da muestras de suplantar el papel de los personajes al inducir el lector. Le dice como concebir y qué quiere decir el personaje. Es el caso de Diotima la prima de Ulrich. Es una hermosa mujer cortesana, que se relaciona con las más altas esferas del poder imperial. Ella ha interpretado el deseo de su esposo, alto dignatario del imperio, de desarrollar el proyecto patriótico.

Diotima y Ulrich, son familia que han escalado en la corte imperial y hacen parte del fenómeno clasista de la época, alborada del siglo XX: la burguesía austriaca se quiere ennoblecer. Los primos son hijos de comerciantes y han tenido acceso a una educación para garantizar la acumulación de capital. Son alfabetos en la ciencia y la tecnología; pero el deseo de ennoblecerse les hace dudar de los beneficios culturales de esas novedades modernas y quieren mezclar sus contenidos mentales, “su alma” con el sentimiento patriótico, con el proyecto patriótico, llamado en palacio “acción paralela”. Al alma práctica, pragmática, sensualista y tecnocientífica se le debe dar un sentido ideológico nacionalista.