La búsqueda de información documentada sobre la
historia local de la ciudad de Bello ha llevado a prestar atención al periodo
de transición de la colonia a la república. Época de preocupación de la
monarquía española de la casa borbónica, por inventariar los recursos socioeconómicos
de las colonias. Estas preocupaciones se enmarcaron con las actitudes e
ideas del absolutismo ilustrado, que permitió la participación en la
administración de las Colonias a los criollos y mestizos pardos. Además les
permitió el acceso a los colegios pontificios, a la literatura liberal peninsular,
a viajar a por Europa y el acceso a los debates sobre la ciencia o la eficacia
del gobierno público.
El Hatoviejo, resultado de la conquista y colonia,
entró en la observación de los ilustrados antioqueños de finales del siglo
XVIII, por hacer parte del valle de Aburrá, territorio dedicado al cultivo de
pancoger y a la cría de ganados para el abasto de la población minera local y
de la provincia.
El contacto de los criollos neogranadinos con la IIlustración
europea, comenzó desde la permisibilidad de la corona española para ocupar
puestos administrativos y públicos. Es el caso del antioqueño “Abogado de la
Real Audiencia de Santa Fe de Bogotá” José Manuel Restrepo. El pensamiento
ilustrado, que según Renán Silva1, se manifestó por el cambio en la
concepción de la Naturaleza, en la colonia medieval. Esta se pensaba como un
ser monstruoso habitado por mohanes, demonios y selváticos seres brujos. Para
los ilustrados la Naturaleza entró a ser amable, llena de una exuberante
riqueza digna de ser conocida, porque dios la creó como un don para el ser
humano, para que extrajera de ella su sustento. Conocer la Naturaleza era
alabar al ser supremo.
Esta reflexión explica la dedicación de José Manuel
Restrepo a elaborar un temprano escrito (lo hizo a los veinte años) “Ensayo
sobre la geografía, producciones, Industria y población de la provincia de
Antioquia en el Nuevo Reyno de Granada”2. Pero la novedad estuvo en
el vuelco de la actitud racional hacia la observación, para luego construir
conocimiento. Dice José Manuel: el que hace investigación, si no hace
mediciones topográficas, el curso de los ríos, longitud y latitud de los
lugares y el curso de las montañas, fracasa en cualquier proyecto económico; la
prosperidad de los pueblos se hace muy lenta.
José Manuel Restrepo utiliza y se ayuda con
instrumentos en su observación – medición de la Naturaleza. Dice: “La primera
Carta de la Provincia de Antioquia, que se ha formado con observaciones
astronómicas ha sido la que yo levanté en 1807. Para observar las alturas
meridianas del sol, y de las estrellas utilizaba un Grafómetro de anteojo que
sirve lo mismo que un cuadrante y cuyo error me era conocido. También para el
primero me valí de grandes Gnomones de 15 a 20 pies de altura medida
aproximadamente. De este modo he determinado con exactitud la latitud de los
principales puntos de la Provincia […] Las longitudes me han sido más
difíciles. Tuve la felicidad de que el Barón de Humbold determinó
astronómicamente la de Nare: así, en esta población comenzaron mis trabajos:
desde aquí llevé con la Brúxula hasta Medellín una cadena de rumbos compuesta
de muchos triángulos: después la continué en todos mis viages conociendo la
declinación de la aguja por observaciones del Azimut del sol. Los lados del
triángulo los hallaba por medio de operaciones geodésicas, donde el terreno lo
permitía, o por observaciones del tiempo que tardaba en caminar uno de ellos,
haciendo siempre la rebaja que exigía la desigualdad del país…”3
Observaciones y mediciones dirigidas a buscar
explotaciones de los recursos naturales, para beneficios económicos, que debían
aprender los dueños de minas y esclavos, para tratar de sacarlos del atraso y
el fracaso de muchos emprendimientos. Dice a este respecto: “Las minas ricas
dan todos los días quatro tomines de jornal (8 reales) por cada esclavo, aunque
son muy raras las de esta clase: las comunes producen uno o dos tomines. Los
mineros dueños de esclavos son pocos, y el que más, tiene 100 negros; de modo
que los esclavos no explotan la sexta parte del oro que sale de Antioquia; las
otras cinco partes son extraídas por los individuos libres que nombran Masamorreros”4.
Este conocimiento elaborado con los paradigmas
científicos de la modernidad debe llevar a los neogranadinos a lograr la
prosperidad con el aumento de las producciones cuando ocurra la explotación de
las betas y logren dejar el laboreo del oro corrido cada vez más escaso. “Las
minas de oro corrido no son las únicas que existen en esta Provincia: hay betas
de oro en las Cruces, en San Vicente, y en el Guasimal […] Hay muchas otras que
existen en los montes; pero nuestros conocimientos de minería, en dos siglos
que hace las trabajamos, son ningunos; así ni sabemos distinguir las betas de
oro, ni seguir sus veneros, ni dar los zocabones, y al fin todas se pierden”5.
El ensayo de José Manuel fue publicad en 1809 y se lee
en él una inspiración basada en el pensamiento económico de la Riqueza de las
Naciones de Adams Smith. Por ello está convencido de que la riqueza se origina
en la industria; utiliza el concepto de “balanza del comercio para medir la
salud de la economía e una nación: “Ya se sabe, y es principio indudable entre
los economistas, que un pueblo es más rico cuanto más exceden sus exportaciones
a las introducciones, y que es pobre cuando las entradas son mayores que las
salida”6.
Al final del texto Restrepo trae algunas estadísticas
y coordenadas de todas las poblaciones de Antioquia. Datos que revelan sus
intenciones de relacionar el número de habitantes con las posibilidades
económicas. Los censos que para la época se hicieron, tuvieron también los
oficios y el número de oficiantes, le reforzaron su convicción de las pocas
luces neogranadinas; muy pocos habitantes para explotar el inmenso territorio
lleno de riquezas. Los datos en el año 1808 sobre la población del valle de
Aburrá: Hatoviejo 1.446, Antioquia 18.680, Medellín 14.182, Copacabana 2.468,
Barbosa 1.493, Envigado 9.556, La Estrella 628.
La misma intención de hacer inventario del territorio
antioqueño la tuvo el visitador de la Real Audiencia Juan Antonio Mon y Velarde,
llamado el regenerador, llegado al territorio en 1784. Su formación ilustrada
coincide en preocupaciones con las de José Manuel y por eso dice: “El sitio de Hatoviejo
se halla a distancia de Medellín como tres leguas, aunque logre de buen clima y
temperatura, no es tan aparente su terreno para las siembras, por lo que son
pocos los sujetos acomodados, y muchos los pobres. Siendo reducida la Iglesia
que antes tenían, se está actualmente construyendo una de tapia y teja con
capacidad y extensión proporcionada al vecindario”7.
En esta Observación está el territorio, la población y
la economía pero la intensión de Mon y Velarde se dirigió a detectar la
posibilidad de del pago de los impuestos, aunque al observar muchos pobre, los
declaró insolventes o población problema y por eso recomendó a la corona
desplazar las gentes pobres hacia otras tierras. Generó lo que se conoce como
la colonización dentro de la colonia del sur de Antioquia.
1. Silva, Renán. El descubrimiento de la Economía
Política en la Nueva Granada a finales del siglo XVIII. Anuario Colombiano de
Historia Social y de la Cultura. No. 29 Bogotá 2002.
2. En el Semanario del Nuevo Reyno de Granada. No. 6
Santafé 12 de febrero de 1809.
3. Idem Pág. 42.
4. Idem Pág. 57. Cursiva en el original.
5. Idem Pág. 58
6. Idem Pág. 71
7. Robledo Emilio. Sucinta relación de lo ejecutado en
la visita de Antioquia por el Oidor Juan Antonio Mon y Velarde. Transcrito por
Emilio del Archivo Nacional de Colombia. Separata Tomo 12.
- Imagen: Intihuana, calendario gnomonlítico de Machu-Picchu