viernes, 4 de octubre de 2019

Del oro corrido a los hilos perfectos.

La forma de comer y vestir delata la cultura de la sociedad y por medio de estas costumbres se puede estudiar ese grupo humano. Nuestro territorio ha sido ocupado desde hace milenios y ese tiempo largo se puede medir por periodos. Por eso, los tratados de historia hablan de época o periodo prehispánico, conquista, colonia y república.

Nuestro territorio tiene historia, llena de acontecimientos en cada uno de esos periodos. Historia de la sociedad, de la cultura, de la economía, de la religión; pero la línea de pensamiento prometida para esta tarde, se dirige a mostrar como el oro rescatado de los ríos y quebradas es la riqueza que va a financiar la industria textil y el recurso humano que la sostiene, la mano de obra, los obreros.

Los conquistadores españoles se apropiaron de toda la cultura indígena. Se asentaron sobre la tierra culta, se apropiaron de los cultivos, del cuerpo de los indígenas, se aparearon con las mujeres indias, y a la vuelta de cincuenta años, hubo dos generaciones de mestizos, hijos de indígenas con españoles.

España llegó a América buscando una ruta para comerciar especias y se encontró con un mundo nuevo lleno de oro. Primero saquearon las sepulturas, luego exterminaron los ejércitos indígenas y luego se repartieron la tierra con sus habitantes, bajo la figura de la encomienda. Esta figura institucional fue la forma como la corona o mejor la monarquía, reconoció y premió la tarea de los conquistadores. El encomendero, inició el periodo colonial y utilizó los indígenas para explotar las minas de oro y la tierra. Minas que tradicionalmente los indígenas explotaron y que el español llamó minas de aluvión o de oro corrido, porque este metal corría libre en ríos y quebradas.

En Antioquia, la mano de obra indígena no aguantó el duro trabajo impuesto por los amos españoles y se extinguió rápidamente. Para subsanar el faltante de mano de obra se importó masivamente esclavos africanos. Del oro sacado de las minas se pagó un quinto al rey y el resto se empleó en pagar el sustento de la empresa encomendera (comida para los esclavos, útiles y herramientas de labranza, vestidos, aceites y vinos) traídos de España o de otras zonas del virreinato como Bogotá y el Socorro.

Se puede observar, como el oro pasó de la bolsa del encomendero a la bolsa del comerciante. Estas dos actividades, minería y comercio, fueron ejercidas por familias en el siglo XVIII y le dieron identidad a la economía colonial, la que tuvo como base fincas productoras de alimentos, que se combinaba con la explotación de minas y la importación de todo lo necesario que no se producía en la región. En Antioquia predominó la pequeña y mediana propiedad autosuficiente.

La colonia finalizó porque el encomendero se transformó en finquero, comerciante. La riqueza que se trajo de la colonia a la época republicana, puede llamarse capital comercial que se dedica en la primera parte del siglo XIX a la explotación de la minería de beta que exigió personal experto y maquinaria, a la exportación de la quina y el tabaco.

En la segunda mitad del Siglo XIX el tabaco es reemplazado, de manera lenta pero segura, por el café. Para 1890 el país quedó prácticamente monocultivado con cafetos. Las primeras industrias que se crean en Colombia y específicamente en Antioquia, fueron generadas por las necesidades de las haciendas cafeteras: la metalmecánica (molinos, tostadoras y arados), los alimentos procesados como cervezas y chocolates.

El capital Comercial se transforma en capital industrial. El Estado colombiano impulsa los ferrocarriles y comenzó un interés general por la creación de empresas industriales. Pero este interés fue aplazado e interrumpido por la Guerra de los Mil días; por eso la fundación de empresas textiles en Antioquia se inicia a partir de 1908 con la puesta en marcha de Tejidos Medellín luego llamados Tejidos de Bello. A pesar de tener el ferrocarril, los telares debieron pasar la cordillera de la Quiebra en mulas, porque le túnel solo se terminó en 1929. La empresa textil Fabricato, entablamento industrial, se funda en 1923 y absorbe las anteriores. Fabricato se establece al lado de la estación del ferrocarril, para permitir que el algodón y el carbón entren sobre rieles hasta los telares y la caldera. Y que la producción también salga sobre rieles.

Esta primera parte de la historia de la industria textil en Antioquia estuvo marcada por el primer fruto que dio la organización sindical de las trabajadoras. La mano de obra inicial mayoritariamente femenina protagonizó la primera huelga obrera de Colombia en 1920. Ocurrió en la fábrica de Bello y fue dirigida por Betsabé Espinal. Lograron todo lo pedido y se fundamento desde ahí una tradición de lucha obrera que maduró con la Revolución en Marcha de López Pumarejo iniciada en 1936 y terminada en 1945. En este periodo se creó la Confederación de Trabajadores de Colombia (CTC) dentro de la política de la central única de trabajadores.

Luego de terminada la hegemonía liberal, el sindicalismo Antioqueño, a semejanza de lo que pasó en todo el país, se divide en tres corrientes: el sindicalismo conservador llamado Unión de Trabajadores de Colombia (UTC), la CTC liberal y la comunista FEDETA (Federación de Trabajadores de Antioquia). La lucha de estas tres centrales por el control del sindicato de los trabajadores de Fabricato, termina con el triunfo los Utecistas por el apoyo decidido de la iglesia católica que en asocio con los gobiernos conservadores y los patrones expulsan de la organización sindical a las otras dos corrientes. Los Utecistas para mostrar como el sindicalismo revolucionario liberal y comunista, querían solo utilizar a los obreros para fines políticos, impulsan el paternalismo empresarial y montan unos programas de educación, salud y vivienda para los trabajadores. Fabricato construye barrios obreros, restaurantes, escuelas y hospital.

La violencia bipartidista, la dictadura militar de Rojas Pinilla, se intentan superar con el Frente Nacional vigente de 1958 a 1973. Esta repartición del poder entre los dos partidos tradicionales creó una nueva era dentro de la organización sindical de Fabricato. La UTRAN y la CTC se dividieron el favor de los obreros y tenazmente se opusieron a la entrada del sindicalismo de filiación comunista.

Luego del Frente Nacional, con la restauración de la libre participación política, el sindicalismo antioqueño se diversifica y múltiples corrientes entran competir por los sindicatos de base, de industria y por especialidades.

(Texto leido en el Sindicato de Fabricato el 2 de octubre de 2019 con ocación de la insuguración del mural Contando historias de Ilduara Gallego y Fernando Torres)


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