El afuera entra por
los sentidos, en el presente, con la fuerza de la imagen en movimiento, con la
inmediatez del acontecimiento y con la frescura de la novedad tecnológica del
mundo interconectado. La información, así obtenida conmueve e incita a buscar
explicaciones sobre el comportamiento de los manifestantes, de los agentes del
estado y de los privados que quieres suplantar el estado. Estos tres actores se
mueven por unas convicciones a las que me quiero acercar.
Se escucha a los jóvenes “muchachos o muchachas” que están en la versión 2021 del paro nacional colombiano, decir que no son de izquierda ni derecha. Lo mismo afirma el presidente Iván Duque, estirando el cuello. Igual se les escucha a los candidatos a ocupar la presidencia de la república, el estar por encima de las ideologías y haber trascendido la pertenencia a uno u otro bando. Estas afirmaciones se pueden explicar como un recurso de conducta de todos aquellos que quieren convocar el favor y la aceptación general para sus luchas y aspiraciones. Y ha sido un recurso de todos los presidentes electos desde el siglo XIX colombiano, decir que gobernarán por encima de los partidos; y convocaron la nación.
Y también se argumenta que el ubicarse en la izquierda o en la derecha y desde ahí tipificar a su oponente, es seguir viviendo en “La guerra fría”1, porque es muy fácil hacerlo y rinde, pues, produce un miedo canalizable. Fue un mundo que se metió profundamente en la mente de los seres humanos de todo el planeta. Mundo dicotómico, montado sobre los hombros de la ciencia y realizado en la pertenencia a una izquierda o derecha política. Concebir la vida, la política, la sociedad desde la lucha geopolítica este – oeste, fue y es ubicarse en uno de los dos bandos posibles: comunismo o capitalismo.
Asombra la insistencia de sectores políticos en la mayoría de los países de la órbita occidental, el concebir el mundo como una confrontación izquierda derecha y llevar a sus seguidores a adoptar una práctica beligerante para defender el esquema. La concepción dicotómica es cómoda e impide actuar en pos de una sociedad más allá. Ambos sectores se acusan mutuamente de ser el causante de la desigualdad y el desorden. Han logrado mantener la polarización política más allá del fin de “La guerra fría”, hasta hoy.
Pero es un simplismo ingenuo quedarse en esa sentencia de superar la izquierda y la derecha para justificar una práctica política sin ideología. Suena en los oídos como una muletilla para captar incautos. Cada parte de la dicotomía tiene un pasado enraizado en la ciencia. Y si se quiere estar por fuera de ella, se debe sustentar la pertenencia y luego la supuesta superación. Porque ambos polos tiene raíces comunes: buscan una sociedad justa y feliz, dicen en sus supuestos.
El capitalismo liberal llegó con el desarrollo científico de la producción, sustentado en la teoría política de la libertad per se o absoluta y concomitante con el orden republicano democrático. Se acuñaron los conceptos de sociedad civil, sociedad política, partidos políticos, derechos individuales, Estado nación, soberanía popular, representación política y contrato social. Todos estos contenido tipificaron la derecha política con dos posiciones, una liberalizante, otra conservadurizante, manifestadas con claridad en la Colombia del siglo XIX; pero confundidas y unificadas en las últimas décadas del siglo XX. Tuvieron y tienen los principios moralizantes y religiosos sembrados por la llamada Regeneración que produjo la constitución de 1886: son autoritarios, traicionan el estado laico, confunden estado y religión, son patriarcales, violan permanentemente los derechos humanos al sostener un orden social elitista que mantiene a grandes segmentos de población en necesidades mortales. Son homofóbicos, racistas, anticomunistas y antisocialistas hasta llegar a proclamar y practicar la eliminación física de sus militantes.
En la presente coyuntura de paro nacional se escucha en las redes sociales, a miembros de la fuerza pública pronunciar amenazas que certifican las concepciones dictatoriales de la derecha; amenazan con desaparecer a los protestantes. Se ven civiles armados al lado de la policía atacando a los manifestantes. El jefe del partido conservador llamó a los indígenas a abandonar la ciudad y retornar a su “hábitat natural” pues los concibe como una fauna extraña; este racismo lo expresó con más claridad una médica de la ciudad de Cali: escribió por su grupo de whatsApp: “…dan ganas de que vengan las autodefensas y acaben literalmente con unos 1000 indios, así poquitos nada más para que entiendan [si] supiera donde tengo que dar la plata para que esto pase, allá voy volando…”2
La izquierda que en el siglo XIX se sustentó en el socialismo y luego en el comunismo, tiene sus raíces en las ciencias sociales generadas por la explotación atroz del trabajador por la industrialización recién nacida. La historia se dota de unas leyes científicas que programaron a la clase trabajadora para tomar el poder y realizar la democracia proletaria contraria a la democracia burguesa liberal. La ciencia del materialismo histórico y dialéctico concibieron y conciben el orden liberal como la dictadura de la burguesía a la cual se opone la dictadura del proletariado; y ambos mundos son una dictadura y una democracia a la vez, según desde donde se mire.
La realización del proyecto socialista en la mitad del mundo, se hizo atando la libertad al determinismo económico. Los absolutos del liberalismo se relativizaron según la posesión de la riqueza. La historia atravesó todos los contenidos humanos y culturales. Ningún ser humano está destinado a ser pobre ni rico. La riqueza del mundo es de todos por lo que ningún ser humano debe pasar necesidades.
Querer superar la dicotomía política y ponerse fuera de ella (proclamarse ni de izquierda, ni de derecha) es aceptable si se reconoce el bagaje teórico, de cada parte y la historia de la experiencia material de los regímenes que la llevaron a efecto. Proclamarse fuera de la dicotomía es proponer un orden social montado sobre el legado de ambos mundos. Un orden que ate la libertad a la economía y destruya la desigualdad.
Notas:
1. León, J. 11 de mayo de 2021. Uribe le pide a Duque recurrir a unas Fuerzas Militares cada vez más ideologizadas. Lasilla Vacía.
2. Rueda, J. 16 de mayo 2021. Repudio en Cali a mensaje de médica que invita a 'matar mil indios'. El Tiempo. Bogotá.
Imagen tomada de Víctor de Currea Lugo 7 de mayo de 2021
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