jueves, 20 de junio de 2024

El cornetero Pantacha de Arguedas


  Arguedas estuvo en contacto intenso muchas veces con la cultura indígena peruana. Aprendió el quechua y lo convirtió en base inspiradora de su obra literaria. Por el maltrato de su madrastra se refugió en una hacienda indígena donde se permeó del idioma y la cultura. Estudió literatura en la universidad de San Marcos en Lima la capital peruana. Estando ahí se manifestó en favor de la república española y fue encarcelado por el año 1938.

  Luego se enganchó con el departamento del Cuzco como profesor de geografía y castellano. En ese trajín descubrió la etnología, la estudió a profundidad y la aplicó al indigenismo; pero en 1949 fue expulsado por comunista de la órbita del estado cuzqueño. Pero en el nivel nacional encontró reconocimiento.

  Dirigió por diez años (1953 – 1963) la revista “Folklore Americano” desde la jefatura del Instituto de Estudios del Museo de la Cultura Peruana. De 1964 a 1966 desde las direcciones de la Casa de la Cultura Peruana y el Museo Nacional de Historia, editó la revista Cultura y Pueblo e Historia y Cultura.

  Arguedas fue profesor de etnología, ciencia que lo enamoró desde su contacto íntimo con el quechua, en las universidades importantes del Perú. Docente, administrador de la cultura y la educación, escritor investigador de una expresión entre el castellano y el quechua, hasta que fue galardonado en 1958 con el premio Fomento a la Cultura en Ciencias Sociales; el premio Inca Garcilaso de la Vega en 1968, año en el que se disparó en la cabeza y murió.

  Arguedas manejó una narrativa muy personal y efectiva. No se inmiscuyó en la llamada literatura del boom. Su intención etnológica lo llevó a un indigenismo muy familiar con la obra de escritores como Jorge Icaza, Ciro Alegría, Alcides Arguedas, Miguel Ángel Asturias, Alejo Carpentier o Juan Rulfo. Se dedicó a ilustrar la relación indios y señores desde el pensamiento etnoantropológico. Buscó una imagen válida del Perú, escribió Tomás Fernández en su biografía de Arguedas*. Además, su adhesión al universo indígena, lo llevó a generar “dos cauces de expresión que se convertirán en sendos rasgos de estilo: la representación épica y la introspección lírica”. *

 Los lazos entre la literatura y la historia mirados desde la etnología, lo condujeron hacia una encrucijada. La situación de los indígenas producto del despojo, la esclavitud y la aculturación pedía con urgencia y desesperación la reivindicación de los pueblos quechuas para restaurarles lo que les pertenece en los planos económicos y necesidades básicas. Pero esa restauración era imposible sin arrebatarle a los descendientes de los conquistadores el control del país.

  El tratamiento de los notables dueños de la tierra y la cultura dominante visible en al menos tres de sus cuentos (El barranco, La muerte de los Arango y Agua) rebelan las consideraciones desde el derecho a existir, dadas a ellos. En esta perspectiva la única posibilidad de tener en cuenta ambos sectores de la sociedad estaba en el impulso y desarrollo de la democracia liberal garantista de la participación política; es decir había que sostener el aparato de poder instaurado por los criollos desde la independencia y luchar porque este aparato amplíe el derecho de los pueblos quechuas a elegir y ser elegidos; cosa dudosa dado el funcionamiento de la ley del embudo desde el principio.

  En Agua, don Braulio monopolizaba el vital líquido; pero un cholo y un comunero de las punas le preguntaban al cornetero Pantacha si era cierto que don Braulio era ladrón, y que vivía de quitarle a los indios el ganado y sus cosechas. Nadie respondió. Y por ello el notable contaba con la duda y el miedo de los habitantes de San Juan reunidos ese domingo por el llamado del cornetero tocando huaynos y punas.

“− ¿Don Braulio es ladrón, Pantacha? −preguntó, medio asustado.

Ramoncha, el chistoso, se paró frente al cornetero mostrándonos su barriga de

tambor.

− ¿Robando le han encontrado? −preguntó.

Los dos estaban miedosos; disimuladamente le miraban al viejo Vilkas.”

 El punto de vista etnológico le permitió a Arguedas dudar sobre la conversión de los indígenas al socialismo, ya fuese por convicción mediante la educación o por una imposición cruel como lo harían los maoístas de Sendero Luminoso. La etnología ha teorizado sobre el derecho a existir de la cultura de todos pueblos. Y las fallas del socialismo real en el cometido de materializar la igualdad.

 

  Por la etnología se ha acordado la construcción de las sociedades humanas por efectos, más bien, fortuitos de la construcción de un cuerpo biológico y la exteriorización de sus funciones en útiles cada vez mas sofisticados. Este comportamiento natural muestra una humanidad sin designios o destinos a cumplir; y la acción o materialización de las convicciones filosófica, religiosas, económicas que inciden y modifican el rumbo del socius son artificios de dominación.

 Si Arguedas se aproximó a estas conclusiones, explica porqué en su obra literaria plantea el derecho a existir de el quechua y sus hablantes, tanto como los descendientes y herederos de los conquistadores, cuestión insoluble sin la intervención de una acción de una fuerza poderosa que modifique el rumbo: imposición de la visión (en lo material y en lo filosófico) de la cultura ancestral; o el triunfo definitivo del liberalismo que quiere arrasar todo lo que se le oponga. El cometido de encontrar una estética entre el castellano y el quechua no fue posible. Le dejó un sentimiento de frustración. La épica del Tawantisuyo, se dejó tratar en la narrativa castellana, pero hasta ahí. La sociedad comunista no pudo entrar en los indígenas; se debió quedar en la denuncia sistémica de la injusticia.

 Esto puede leerse en El barranco: el error de los siervos indígenas los llevó a lamer los pies de la señora dueña, para calmar su ira por el despeñadero del animal más bello y saludable de la hacienda.

Guillermo Aguirre González

 *Fernández Tomás y Tamaro Elena. Biografía de José María Arguedas. En Biografías y Vidas. Enciclopedia biográfica en línea. Barcelona 2004.

Imágenes libres tomadas de https://www.google.com/search?

 


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