miércoles, 26 de febrero de 2025

Tres cuentos droláticos de Balzac


   El verdugo, El elixir de larga vida y La cúpula de los inválidos, son cuentos del Balzac primordial, caracterizados por mostrar un actitud jocosa y divertida ante la escritura literaria. Parece más un juego con las palabras para mostrar un excepcional dominio de la escritura que lleva la intensión de producir risa en el lector.

   Los Cuentos droláticos como las primeras obras literarias de Balzac se relacionan con el estudio que hizo de François Rabelais. Balzac quiso poner la sociedad de su época en un ámbito cómico, de ahí el nombre de cuentos droláticos, término que castellaniza la palabra francesa drôle, traducida como gracioso.

  La lectura hoy nos aparece como una construcción de imágenes altamente ficticias que se pueden relacionar con el surrealismo. Pero allá en el tiempo de Balzac, en su realidad aparecían como una fantasía que movía a risa. Mostrar con las descripciones magistrales de Honoré la cúpula de Los Inválidos vuelta de revés, equilibrada sobre su aguja, persiguiendo al narrador, sometido a un éxtasis producido por el consumo de música sacada a una fisarmónica (acordeón), busca hacer reír al lector con un exabrupto como ese.

  Otro personaje, don Juan Belvídero, en tiempos del papa Julio II, estando de fiesta, se le presentó la muerte para anunciarle que se llevaría a su padre. Don Juan presuroso llegó hasta la alcoba del moribundo y recibió el encargo de aplicarle un ungüento (o un elíxir) cuando expirase, para volver a vivir. Contemplando el cadáver, don Juan lleno de duda decidió experimentar un poco y lo aplicó sobre uno de los ojos de su padre muerto y efectivamente, el ojo cobró vida y comenzó a moverse y expresar sentimientos sobre el rostro cadavérico.

  Comicidad y tragedia que mueven a risa. Don Juan mató el ojo de su padre y se guardó el elíxir para hacer lo mismo con su hijo Felipe cuando muriera; repitió la historia. Felipe aplicó la sustancia sobre el cadáver de don Juan, pero solo logró untarlo en la cabeza y un brazo porque se asustó ante el milagro y dejó caer la botella que estalló a ñicos contra el suelo. El brazo y la cabeza cobraron vida sobre el resto muerto del cuerpo. Brazo y cabeza vivos atados a un cadáver. Para no dejar ver este hecho como un acto de brujería, un monje avisado convirtió ese ser en un milagro y como una reliquia fue adorada por miles de gentes. Comicidad trágica ocurrió cuando en medio de una de las ceremonias de adoración, muy populosa, el brazo y la cabeza despegáronse del cuerpo y saltaron sobre la cabeza de un monje y la comieron, para luego comenzar una perorata negando la existencia de dios. Tragedia inconclusa pero cómica.

  Las historias droláticas tienen ubicación espaciotemporal. El poseído por la música fisarmónica vive en el París napoleónico. Tiene su experiencia fantástica con la arquitectura del palacio de Los Inválidos convertido en símbolo de Francia por ser construido por el rey sol Luis XIV en cuatro años y por albergar la tumba de Napoleón Bonaparte.

  Don Juan Belvídero, fue amigo del papa Julio II; por eso el cuento remite al renacimiento clásico, tiempo de las luchas entre la iglesia francesa y romana, y tiempo de los mecenazgos artísticos, en especial del protegido del papa Julio, Rafael Sanzio. Época de alquimia que entre bebedizos y venenos todo se hacía maravilloso como el elíxir dador de vida utilizado por Juan y Felipe Belvídero. El elixir de larga vida es un traslado de Balzac a la Italia de entre siglos XV y XVI.

  El verdugo es un cuento que tiene por espacio-tiempo un hecho desencadenante de la transformación política de América. Y es la llegada a España de José Bonaparte (apodado Pepe botellas) al trono, deponiendo a Fernando VII. Esto ocurrió en 1808. Los americanos se sintieron en desgobierno; tomaron partido contra el usurpador, declararon la vacancia monárquica y se decidieron por la adopción de un régimen republicano al costo de una cruel guerra de independencia.

  El verdugo es un cuento drolático porque narra la ejecución de una familia noble española. La pena de muerte debe ser realizada por las manos de uno de sus miembros; el problema o responsabilidad de la ejecución es dejada por el bonapartismo sobre las mismas víctimas. La familia del marqués de Leganés es condenada morir decapitada por conspirar para restaurar en el trono a Fernando VII con la ayuda de la armada inglesa. El general francés a cargo, decidió que la familia señalase a uno de sus miembros para que hiciera de verdugo. La familia delibera y escoge a Juanito, el mayor, pero el más débil, considerado apocado, feo, pero orgulloso con ademanes nobles cualidades que se necesitaban para mantener el linaje después de decapitar a sus parientes.

  El cuento se construyó para que fuese predecible el desenlace. Los personajes son detallados según los hechos a narrar. La familia Leganés es descrita particularizando a cada uno de sus miembros. Juan de treinta años es el mayor y es el señalado para hacer las veces de verdugo y por eso se le presenta antes de ser escogido como “…pequeño, bastante feo, con un aire orgulloso y un gesto de desdén…” Es convencido por el marqués, su padre, para que ejecute la sentencia o la tragedia de matar su propia familia en compensación de vivir para reproducirse.

  Balzac muestra en el drolático verdugo un conocimiento basto y preciso de los hechos bonapartistas. Los deseos de grandeza, la búsqueda de riqueza, de dominio, dice Sweig, son llevados a todos los personajes. Unos los realizan, otros mueren en el intento.

Guillermo Aguirre González

Febrero 2025


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