Una escena del Gran Gatsby
Por Guillermo Aguirre González.
El grupo protagonista de la novela de Fitzgerald, se encuentra reunido en la casa de Tom Buchanan: el mismo Tom, Daisy su esposa, Baker Jordan la golfista, Nick Carraway el narrador de la novela y Jay Gatsby. Hace mucho calor en West Egg, poblado distinguido de Long Island, donde ocurre la escena. Se está en pleno verano.
Daisy tiene un viejo romance con Gatsby y lo quiere revivir, tal vez por desquitarse de su esposo, pues este tiene una amante y habla con ella por teléfono ante la actitud atónita de su esposa. Daisy, luego de que Tom termina de hablar por teléfono, propone al grupo viajar a la ciudad. Gatsby pone a disposición su automóvil; pero Tom impone la división del grupo. El y su esposa viajarán en el auto de Gatsby y el resto en el cupé de los Buchanan.
Tom ironiza pues intuye lo que pasa entre Gatsby y su esposa. Dice que el auto de Gatsby es un “carromato de circo” y si se vara por gasolina, parará a tiempo en una droguería, porque en ellas se vende de todo. Gatsby ya había hablado al grupo del origen de su fortuna en una cadena de droguerías de su propiedad. Tom estaba convencido del expendió clandestino de alcohol en las droguerías.
Ante la actitud ironizante de Tom, Daicy lo hace viajar con Nicke y Jordan, y ella viaja con Gatsby en el cupé. Buchanan habla a sus acompañantes de su inteligencia adquirida en los estudios de la ciencia. Por ellos, dice, ha sido capaz de detectar el romance entre su esposa y Gatsby. Los acompañantes Nicke y Jordan, se burlan de él.
Esta escena deja expuestos dos aspectos importantes en la novela que la cruzan de principio a fin: el origen de la fortuna del Gran Gatsby y la concepción del mundo de Tom Buchanan. Es la confrontación entre el nuevo rico y el representante de la burguesía con ancestro de Norteamérica.
El nuevo rico es objeto de vituperios por su origen. Cuando el rumor es amplio y llega hasta la prensa periódica, el sujeto acaba con las fiestas tremendistas, reemplaza la servidumbre y cierra su gran mansión. El no ser aceptado en los círculos sociales, le deprime y decide dedicar su esfuerzo a rescatar un amor de juventud de los brazos del burgués instituido. El narrador no acusa directamente al nuevo rico. Insinúa siempre el contrabando de alcohol como el origen de la fortuna. Esta insinuación debe ser para el lector una orientación. Gatsby para llegar a ser en cinco años un multimillonario, debió asumir el gran negocio de la época en Norteamérica, el contrabando de alcohol. La producción de un objeto de consumo masivo, prohibido por las leyes, necesariamente obliga a la clandestinidad y al enriquecimiento rápido. Esta clandestinidad conlleva la corrupción y los hechos de sangre. Por eso el chisme le adjudica a Gatsby el haber matado un hombre.
Scott Fitzgerald, deja ver entre líneas, su convicción de que en la base de la riqueza hay fraude. Al rico legal, a Tom Buchanan, le adjudica un fraude en las ligas de Baseball. El producto del fraude aumenta su riqueza y hace pensar en la imagen del capitalismo como una bola de nieve. Tom, le da sustento doctrinario a su rol social. Es un lector de libros de divulgación científica. En ellos aprendió a rendirle culto a la ciencia y por eso confunde ciencia con premonición, intuición o adivinación. La ciencia, según su visión, le ha demostrado la supremacía de la raza blanca como constructora y heredera de la civilización y de la riqueza.
Se tiene con estos dos aspectos, la expresión de dos contenidos de la sociedad moderna industrial. La riqueza y la movilidad social. Ambos sólidamente unidos. La burguesía destruyó la nobleza y luego compró la nobleza. El mercader es el burgués y en el origen de su poder económico está la plusvalía. Este ejercicio económico político se impone a todas las generaciones modernas y se presenta como la legalidad. Por eso el nuevo rico está obligado a blanquear su riqueza y ganar el prestigio social, con sutileza e ingenio. Lo contrario le cierra la puerta de entrada a la sociedad burguesa. Por eso Gatsby no pudo entrar. La riqueza en la modernidad debe dedicarse a la acumulación y no al gasto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario