Don Quijote José Guadalupe Posada
La novela será reemplazada y superada por la música serial y
dodecafónica, se lee en Mito y significado de Claude Levi-Strauss. Él propuso
esta sustitución y la vio posible, porque la novela entró a reemplazar el mito
como relato guía de la experiencia humana. Los mitos se han construido con un
fondo mental regido por el pensamiento mágico. Sus contenidos se suscriben a
dar una versión del origen del ser humano y la naturaleza,
y a prescribir la práctica de los sujetos o los colectivos.
El umbral occidental de la cultura en el planeta, hasta la
centuria de las luces, creó mitologías transmitidas generacionalmente por la
oralidad hasta que se llevaron a la escritura. Dentro de la escritura, gestas,
leyendas, epopeyas son acompañadas por composiciones
geniales como el Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, Robinson Crusoe o
El Cándido de Voltaire.
Al final de la centuria de las luces aparece la novela y se valora
el ámbito de la literatura como un espacio en el que la escritura entra en el
mundo de la estética. La novela es la expresión estética de los artistas que
tienen como materia prima la palabra escrita. La novela se toma como una obra
de arte y es una de las expresiones de la literatura, aunque en general en el
siglo XIX se hizo equivalencia entre novela y literatura.
Pero la novela cumple el papel del mito en la escena de la vida cultural
del ser humano. La novela da una versión del origen del ser humano y la
naturaleza, prescribe la práctica de los sujetos o los colectivos, es decir,
remplaza el mito bajo unas condiciones distintas. El fondo mental ya no es la
magia o la religión. Es el ser del individuo humano que llora, ríe, estudia o
lucha en la vida, en su historia. Y esta historia aparece como una obra
musical, diseñada, controlada. La obra musical relata una historia con una
materia prima más seductora que la palabra escrita y es el sonido y la imagen.
Por eso la novela será reemplazada por la música serial en la que la
composición, con repetición y diferencia de sonidos, llena las expectativas
estéticas del ser humano moderno inmerso en una cultura planetaria.
Estas consideraciones de Levi-Strauss se emparentan con las de
Foucault. Este dijo que desde finales del siglo XVIII se abre un espacio en la cultura
occidental para la literatura, no como obra de arte, como novela, sino como un
lugar de posibilidad de la escritura que borra y rehace la misma literatura. Cuando
un sujeto hace novela, la hace contra otros, contra sí mismo, contra el poder y
en especial contra la literatura, para permitir que la misma literatura vuelva
a empezar y así poder asesinarla de nuevo.
El concepto que los contemporáneos manejan como literatura no es
ejercer el arte de hacer obras con el insumo de la palabra escrita. El espacio
de la literatura abre la cultura al pensamiento de la escritura, del lenguaje,
de la historia, de todos los fundamentos del ser humano. De inmediato la
literatura encuentra que la palabra literatura es de factura latina y nació
para definir al sujeto que trabaja con la letra (littera). En su seno se entiende que las letras tienes el carácter de
la sociedad en la que se escribe. Por eso se nombran las gestas, las leyendas,
las epopeyas, las composiciones, la lírica y la novela. La literatura le señala
a cada una su relación con el lenguaje y con el fondo mental que las hizo posible:
mito, magia, religión, humanismo o ciencia.
Con lo anterior, puede decirse que la literatura es una
disposición mental, del ser humano moderno, que le permite sopesar todo el
bagaje cultural desde la libertad del individuo. El homo litteratus, habla y escribe desde la libertad. Nada es
estable, todo es destruido por la palabra escrita para luego reahacerlo,
reconstruirlo en un ejercicio bricolero en el que se despliega la ciencia, el
mito, la magia y sobre todo la estética de la creación. La literartura se crea
para destruirse y se destruye para crearse.
Como este decir es posible por un ejercicio literario, por el uso
de la palabra escrita, se puede construir un relato sobre, la palabra en
devenir. La palabra no es un don, es un constructo por efecto del azar físico
mecánico del cuerpo humano. Un cuerpo que comenzó a erigirse desde el dedo gordo
del pie. Lo más humano del ser es el dedo gordo; pero por estar en permanente
contacto con la tierra es el más despreciado. La arquitectura del cuerpo levantada
sobre la base bípeda, los dedos gordos, se corona con el último órgano en
desarrollarse: el cerebro. Este sobre ese cuerpo erecto comenzó un aumento de
tamaño, así: 350 centímetros cúbicos en el australoantropo; 500 en el arcantropo;
600 en el paleantropo; 800 en el neantropo; y se estabiliza en 750 en el homo
sapiens. Desde el australoantropo tallador de choppers,
se combinó el gesto técnico con el gesto facial y el gesto corporal acompañados
de la articulación de sonidos. Cada adquisición técnica se acompañaba de su
respectiva gestualidad y articulación de sonidos. En el cerebro ocurrió, desde
el chopper, la aptitud simbólica (signo más significante) hasta la construcción
del lenguaje del llamado civilizado. La palabra se acompañó de un grafema desde
Lascaux y Altamira; y hace cinco mil años hay huella de haberse construido la
escritura.
Este relato puede considerarse un ejercicio paleontológico, posible
por esa disposición cultural del ser humano contemporáneo a la que se le ha
puesto el nombre de literatura, nombre a la mano, recurso inmediato y se opta
por él, fiel a la costumbre de ponerle nombres viejos a cosas nuevas. La literatura
es el nombre que señala, con el índice el lugar donde se da el discurso moderno
contemporáneo con sus versiones de ciencia, mito y magia, plegados sobre el
tapiz de la estética.
Gracias Guillermo, siempre me ha gustado tu vision sobre la palabra, el lenguaje y la literatura, me hubiera gustado un cierre en tono satirico para la vision de Straus sobre la posibilidad de que la musica y la imagen reemplacen a la literatura, pues mas bien la literatura abarca a ambas con maestria y profundidad.
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